La vida ya no es lo que era para los duques de Palma y parecen querer hacerlo ver a los ciudadanos españoles con sus acciones. Se acabaron las estancias lujosas y los vuelos en primera clase desde la imputación de la infanta en el caso Nóos. Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, celebraron las fiestas con la familia del duque, pero al regresar a Barcelona tomaron un vuelo de bajo coste desde Bilbao, según publica este sábado El Mundo.
Los duques fueron transportados por el interior del aeropuerto en una furgoneta
La pareja ha decidido usar los servicios de la compañía Vueling para viajar a la capital condal, donde sus abogados trabajan de forma incansable para hallar un resquicio en el proceso llevado a cabo por el juez Castro. El jueves pasado, tras celebrar las fiestas con la familia Urdangarin, los duques tomaron el vuelo en el aeropuerto de Bilbao, donde pese a que tuvieran que tomar un vuelo de bajo coste, fueron trasportados en una furgoneta por el interior del aeropuerto.
La causa contra los duques parece abocada a llevar al padre de familia a prisión, pero dentro de esta certeza, cualquier reducción de pena es vista con alegría en casa de los duques. Esta semana, el juez Castro rebajaba la fianza del duque y la defensa de la infanta recurrió el viernes el procesamiento del caso Nóos que la enviaba directamente al banquillo.
Todo parece cambiar en la casa de los duques de Palma. Se acabó el lujo y se alarga la espera, mientras, sus hijos tendrán que volver en unos días a las clases y sus padres hacen frente al caso que, si todo esto no se trata de una táctica para reestablecer una sintonía con la sociedad, ha acabado reduciendo su alto nivel de vida.