El profesor Jesús Neira, que saltó a las primeras páginas de los periódicos tras ser agredido por defender a una mujer, ha fallecido este sábado en el Hospital de Puerta de Hierro después de sufrir durante dos años constantes hemorragias, dicen que provocadas aún por aquella paliza. Neira, de 62 años, sufría severos problemas de salud en los últimos años, que le llevaron a estar ingresado en varias ocasiones. Así, el martes de esta semana ingresó en dicho hospital, donde permaneció en coma tras sufrir un derrame cerebral, falleciendo finalmente hacia las 11.45 horas.
Hasta el 2 de agosto de 2008, Jesús Neira era un hombre más o menos conocido en ambientes periodísticos y universitarios. Ese día después de echar gasolina en una estación de servicio entró en un hotel de Majadahonda. Allí estaba Antonio Puerta, un hombre habitual en las clínicas de rehabilitación de toxicómanos. Neira iba con uno de sus hijos menores. Puerta con su novia Violeta Santander.
Al entrar en el hotel el profesor vio cómo Antonio golpeaba a Violeta. Y su genio, el pasional y auténtico Jesús Neira, se revolvió contra el agresor. Puerta, que al parecer iba un poco cargado, le contestó con una paliza, incluso cuando ya estaba en el suelo golpeó con rabia al profesor. Las imágenes, que se vieron por televisión, mostraron cómo un joven pateaba a un hombre mayor tirado en la recepción del hotel.
Después de tres visitas a centros hospitalarios unos días después, Jesús Neira entró en coma. Su vida corrió peligro durante todo el verano. La alarma social que se creó esos días y el empeoramiento del profesor hizo que un juzgado ordenara la detención de Antonio Puerta.
Neira se convirtió en patrimonio de los españoles y representaba para muchos la rebelión de los hombres contra los agresores
Neira quedó encerrado en el coma y Puerta en una cárcel madrileña. Después de muchos meses de angustia, Neira se despertó ya héroe. Puerta era el villano. La sociedad española estaba harta de muertes violentas de mujeres y Jesús Neira suponía para muchos la rebelión de los hombres contra los agresores. “Lo volvería a hacer”, decía a este periódico una Nochevieja en el hospital donde, junto a su mujer, Isabel, y Javier Castro, se preparaban para un año lleno de esperanza.
Aclamado a su salida del hospital
Neira se había convertido en patrimonio de los españoles. Las mujeres, desde la izquierda a la derecha, alababan su valentía. Los hombres envidiaban su capacidad de reacción contra la injusticia, su arrojo. La salida del hospital de Majadahonda tras haber permanecido ingresado 256 días, muchos días en peligro de muerte, fue un acontecimiento mediático de primer nivel.
El héroe fue aclamado y aplaudido por los pasillos y la calle fue una fiesta. El 6 de agosto volvió al centro. Los médicos le colocaron una prótesis en la parte del cráneo que le quitaron para operarle de urgencia poco después de entrar en coma.
Violeta Santander comenzaba a hacer bolos en las televisiones y a hacer caja. La familia de Neira se negó desde el primer momento a participar en ese espectáculo. Prefirieron vivir con tranquilidad con el padre que temieron perder. Jesús se reintegró a algunas tertulias donde comenzó a decir lo que quería, como antes del accidente.
Las distinciones oficiales fueron cayendo. Fue galardonado con el Premio Derechos Humanos 2008, que concede cada año la Asociación Pro Derechos Humanos de España. Se le entregó la Gran Cruz al Mérito Civil y la medalla al Mérito Ciudadano de la Comunidad de Madrid. El Senado, con el apoyo de todos los partidos, le premió con la Medalla de Oro, por mostrar, según la concesión "lo mejor de una sociedad que aspira a vivir bajo el imperio de la igualdad".
Antonio Puerta murió por una sobredosis de pastillas al poco tiempo de salir de prisión bajo fianza
Uno de sus amigos escribió un libro a cuya presentación acudió la ministra de Igualdad, la mismísima Bibiana Aído y Esperanza Aguirre, presidenta, entonces, de la Comunidad de Madrid. El Gobierno regional le nombró presidente del Observatorio contra la Violencia de Género desde el que podía haber rematado su leyenda. Se convirtió en un héroe nacional.
Neira fue condecorada por instituciones, pero lo mejor que recogió por la paliza y su sufrimiento fue la admiración de millones de españoles. Una empresa le llegó a obsequiar con una de las ilusiones de su vida: hacer un crucero por el Caribe. Lo tenía todo. Pero lo más importante fue que se granjeó el respeto de todos. Era Dios en el infierno de más de 50 muertes violentas de mujeres al año.
Antonio Puerta fue condenado a siete meses y 15 días de cárcel por la agresión a su novia y permaneció más de un año en prisión preventiva por la paliza a Jesús Neira. Al poco tiempo de salir de prisión, bajo fianza, murió por una sobredosis de pastillas.
Su descaro marcó su declive
Mientras, la personalidad de Neira, su forma de ser, sus manías, su pasión, lo que sea, volvieron a salir después de muchos meses enfermo. Y él, un hombre libre, comenzó a ejercer la libertad que siempre había tenido. Decía lo que quería, como por ejemplo que iba a pedir una licencia de armas.
La publicación de su libro España sin democracia provocó la repulsa de la izquierda que comenzó a pedir la destitución del presidente del Observatorio contra la Violencia de Género. La fractura que comenzó con unas declaraciones casi belicistas, y siguió con las opiniones críticas contra el sistema democrático español, continuaron con un incidente de tráfico.
La fractura que comenzó con unas declaraciones casi belicistas, y críticas contra el sistema democrático, continuó cuando fue cazado triplicando la tasa de alcohol
El 1 de septiembre de 2010, Neira fue retenido por la Guardia Civil en la M-40. Había bebido. No respetó la Ley. Pero lo más importante es que no escuchó el consejo de los amigos que le querían y que le pedían que se cuidara, que no cometiera excesos. Llegó a ser acusado de un delito contra la seguridad vial por conducir ebrio. Triplicaba la tasa de alcohol autorizada. El respondió que si un licor de café, que si una medicina...
Fue condenado en un juicio rápido a una multa de 1.800 euros, retirada del carné de conducir durante diez meses y trabajos en beneficio de la comunidad. La caída continuaba. Y si la sociedad es dura con un maltratador, lo es también con quien se burla de la Ley.
No dimitió de la presidencia del Consejo Asesor de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, tal como le pidieron. Fue destituido. Cuando la sociedad casi lo había olvidado, murió su agresor. Jesús Neira no se cuidó y otra recaída le llevó a la UCI, a los respiradores, al sufrimiento de los suyos. Desde hace unos años sufría constantes derrames, algunos amigos dicen que como consecuencia de los golpes que le propinó Antonio Puerta y de los que nunca se recuperó…