En la pasada Nochevieja, la madre de un amigo decidió requisar los teléfonos móviles a todos los asistentes a la cena. Es una medida acaso demasiado drástica, sin duda coartadora de la libertad, diríase que comunista. Pero también es una medida necesaria para evitar que en pleno papeo los más jóvenes de la familia se dediquen a enviarse miles de mensajes de felicitación, el 99% absurdos o zafios, a través de whatsapp. Sin embargo, solo se puede aplaudir esta agresión a la libertad individual en caso de que no hubiera televisión en la sala. Porque la verdadera tortura del pasado 31 de diciembre fue contemplar los programas insufribles que nos regalaron las grandes cadenas.
Por suerte para mi amigo, en su familia son adictos a la conversación y, por ello, no miraron demasiado la tele antes, durante y después de ingerir frenéticamente las uvas. Así, se ahorraron las presuntas bromas de Los Morancos en TVE, el autobombo de Antena 3 y, sobre todo, la aparición estelar de Paquirrín para cantar (?) en Telecinco. Lo que hace el canal de Mediaset con este ser humano es sencillamente indescriptible. Aunque tampoco es posible describir con palabras que no sean gruesas la última que montó el propio Kiko Rivera precisamente el día antes de Nochevieja. Por desgracia para ustedes, ya lo sabrán. Y, si no, se lo cuento: la Guardia Civil tuvo que acudir a casa del hijo de Isabel Pantoja para llevarse del lugar a dos pequeños leones que estaban siendo exhibidos en una fiesta.
Si el año que viene hay que elegir entre los mismos presentadores para ver las campanadas, quizás sea mejor exiliarse a un país con otra tradición
Y de las campanadas propiamente dichas... ¿Qué quieren que les diga sin exabruptos? Si el año que viene tuviera que elegir entre Anne Igartiburu y dos cocineros de Master Chef, las presentadoras Paula Vázquez y Anna Simón en Antena 3 y los actores de Aída en Telecinco, creo que me exiliaría a un país con otra tradición en el cambio de año. O iría a cenar a casa de mi amigo, a ver si a su progenitora se le ocurre alguna alternativa.
No consta si el torrentesco Paquirrín será juzgado por los hechos antes mencionados. Pero esta semana se ha hablado mucho de juicios sobre televisión. Y es que el Tribunal Constitucional ha hecho pública una sentencia por la que condena a Crónicas Marcianas. Fue en octubre de 2002 cuando el periodista Javier Cárdenas entrevistó a una persona con discapacidad. Según el fallo judicial, la entrevista "no solo carecía de valor informativo alguno sino que, además, fue realizada únicamente con propósito burlesco, para ridiculizar al entrevistado, poniendo de relieve sus signos evidentes de discapacidad física y psíquica". Casi nada. Pese a la versión de Cárdenas, no me negarán que llama la atención que esta condena llegue ahora, más de once años después de los hechos.
Para colmo, no es la primera condena tardía a aquel espacio tan repudiado como visto y pilotado por Javier Sardá y sus mariachis. El pasado octubre, el mismo tribunal concedió el amparo al exministro Francisco Álvarez Cascos y a su pareja, María Porto, porque el mismo Crónicas Marcianas vulneró los derechos de la pareja en 2004. Así, la Justicia española, tan lenta, tan desesperante, tan vilipendiada, tan contradictoria, envía a los presentadores de televisión, más o menos, este mensaje: "Haga usted lo que le venga en gana, viole derechos, insulte, humille, veje, zahiera, no respete nada. Usted, naturalmente, pagará por ello, pero dentro de diez años". Y así nos luce el pelo.
En cuanto a las audiencias, Antena 3 fue la más vista en diciembre y Telecinco ganó por una décima en todo 2013
Ya basta el sufrimiento por hoy. Aunque para el día de Reyes se avecina algún que otro especial televisivo que apunta a fracaso, mejor les comento qué viene después de la cabalgata. Se conoce que las cadenas, enfrascadas en esa cruenta guerra por la audiencia, pretenden darlo todo para ser las más vistas en el primer mes del año. Por cierto, la batalla de diciembre se la llevó Antena 3, que culminó así un exitoso año con seis victorias mensuales. Victorias que, esperemos, sean consecuencia del blanqueamiento de sus contenidos frente a la radicalización rosa (más, si cabe) de la cadena más vista en 2013, Telecinco, que se ha impuesto solo por una décima (13,5% frente a 13,4% de A3).
Les decía, antes de irme por los cerros del share, que la próxima semana llega cargada de estrenos. El lunes 6, en Nitro, se estrena el esperado El Chiringuito de Jugones, dirigido y presentado por Josep Pedrerol. Se trata de un calco del fenecido Punto Pelota que antes se veía en Intereconomía. El martes, Antena 3 presenta Bienvenidos al Lolita, una serie sobre el mundo del cabaret con un elenco muy conocido (Beatriz Carvajal, Natalia Verbeke y Luis Varela, entre otros) y en cuya promoción se ha destacado hasta la saciedad -desconozco por qué- que la actriz Sara Vega interpreta a Roxy, travesti. El jueves, TVE estrena la tv movie Vicente Ferrer, protagonizada por Imanol Arias. Nos atraigan o no estos estrenos, habrá que verlos todos para escribir aquí sobre ellos la semana que viene. Hasta entonces, sean felices, a pesar de la tele.
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