La fiebre por lo paranormal no es exclusiva de España, donde el divulgador Íker Jiménez tiene una legión de admiradores. En Reino Unido también florecen los investigadores amateurs, que recorren cementerios en busca de voces del más allá.
Un grupo de estos seguidores del misterio acudió la semana pasada a un camposanto parroquial en la localidad inglesa de Kingston-upon-Hull. El propósito: recoger psicofonías. El rumor: el cementerio estaba encantado pues se habían movido restos porque no había sitio.
Los ‘investigadores’ se sorprendieron cuando comenzaron a escuchar raros gemidos. Se armaron de valor y acudieron a la zona donde procedían esos sonidos. Y al llegar todo fue sorpresa. Lo que allí encontraron no tenía nada que ver con otros mundos. Se estaba rodando una película pornográfica: con sus protagonistas y dos cámaras que grababan las imágenes.
Mike Covell, uno de los intrépidos ‘cazafantasmas’, explicó al diario Hull Daily Mail que los cámaras no se percataron de su presencia. La primera que advirtió la compañía fue la actriz. "Cuando nos vio, empujó al chico para que parara, y éste salió corriendo", indicó Covell. Nada ver con la nave del misterio.
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