El convulso panorama político y económico actual en España ha forzado la necesidad de reinventarse y adaptarse a las nuevas condiciones para poder sobrevivir. El fenómeno de la fusión se instaló primero en las Cajas de Ahorros, pero ahora también diversas ONG´s han visto en él una buena estrategia para seguir funcionando.
Uno de los primeros movimientos de fusión es el que iniciaron hace más de tres años las organizaciones Solidaridad Internacional, Habitafrica e Ipade, que después de meses gestionando el nuevo modelo diseñado han dado lugar a Alianza por la Solidaridad. "Nuestro caso es achacable a la crisis en parte. El hecho de que se eliminase el 70% de las subvenciones fue clave, pero también lo fue ver cómo estaba cambiando el mundo, los movimientos sociales nos hicieron reaccionar, y no es tanto un cambio económico como un cambio de modelo", explica Arantxa, una de las responsables de comunicación de la nueva ONG.
En su opinión, con las decisiones que estaba tomando el Gobierno, estaba claro que si no hacían algo acabarían desapareciendo, porque "ante la crisis ellos creen que la prioridad es ayudar aquí y no fuera". Por esta razón decidieron finalmente poner en marcha este proyecto en común. Solidaridad Internacional se dedicaba al desarrollo y ayuda humanitaria en países menos avanzados pero también a la sensibilización en España y Europa, Habitafrica trabajaba para combatir el desarraigo y mitigar las causas y consecuencias de las migraciones forzosas, de poblaciones vulnerables o en riesgo de exclusión en África, e Ipade se preocupaba especialmente por el medio ambiente.
Los recortes del 70% de la subvenciones, el problema económico y los movimientos sociales impulsaron el cambio de modelo que derivó en el proyecto fusionado
Aunando las fuerzas de las tres se puso en funcionamiento desde enero de 2013 la Alianza, que pretende trabajar en lo local desde una visión global. El proyecto ha dejado por tierra más de cien contratos sin renovar de trabajadores, pero "los despidos no son achacables a la crisis, sino a la fusión. Es cierto que hay sinergias porque ahora estamos en un mismo Consejo, una misma administración, etc., y eso supone simplificar", matiza Arantxa, parte de Habitafrica, entidad que presidía honoríficamente la Reina, quien "actualmente ya no tiene vinculación con la ONG, algo que antes era interesante desde un punto de vista institucional, pero que ya no es así".
La gestión, como apunta Carlos Díaz, director de relaciones económicas y administrativas, es muy compleja, teniendo que hacer un exhaustivo diagnóstico de las tres entidades por separado. "No nos quejamos, hay que cambiar la forma de trabajar, hacerlo en otros sectores, buscar financiación, especialmente fuera de España. Es un cambio de modelo, no tanto una necesidad de la crisis. Hace tres años comenzamos a estudiar el proyecto, pero se nos metió en medio este problema económico. Hemos logrado una capacidad de actuación que de forma individual no tendríamos", explica Díaz a Vozpópuli.
Para él, ahora mismo las ONG tienen dos opciones de supervivencia: o intentan obtener más capacidad de acción y hacerse más concentrados, transformándose en imprescindible en un sector, o agrupas diferentes actores. Lo que sea término intermedio es quedarse a medio camino sin opciones de triunfar.
El principal problema actual de la nueva ONG es la financiación, que se esfuerzan en buscar en el exterior. De hecho, están desarrollando departamentos de captación de fondos privados. Con unas 100 personas trabajando en España y 230 en total sumando los técnicos en el terreno, Alianza por la Solidaridad reconoce que avanza lentamente, pese a que mantiene proyectos en una multitud de países de Asia, Europa, Latinoaméroica y África. "Estamos trabajando a efectos jurídicos desde marzo de 2013, aunque el proyecto viene de antes. Ahora seguimos pensando cómo reorganizarlo todo", declara Díaz.
No es el único ejemplo
Alianza por la Solidaridad está intentando centrarse en la ayuda humanitaria, el desarrollo local sostenible o la lucha por los derechos de las mujeres, y de momento mantienen un buen ámbito de funcionamiento, gestionándose con 16 millones de euros que provienen de fondos públicos, fondos europeos, donaciones de empresas privadas y de los socios, siendo la principal partida la que aporta el ministerio de Asuntos Exteriores.
También Acción contra el Hambre y Fundación Luis Vives han decidido fusionarse, manejando un presupuesto de 50 millones de euros entre las dos
El nacimiento de esta nueva ONG no es el único ejemplo de la necesidad de estas entidades de renovarse o caer por el camino. Recientemente también se ha conocido que Acción contra el hambre se ha fusionado con la Fundación Luis Vives, por lo que manejarán entre las dos 50 millones de euros.
Según han informado ambas organizaciones, el objetivo es "unir fuerzas, reforzando las complementariedades que permitan un desempeño más eficiente" de su misión, para lo que unirán "patronato, presupuesto y equipo humano". Otros opinan, sin embargo, que no es exactamente una fusión sino más bien una absorción, dado el diferente tamaño de ambas.
Lo cierto es que para diferentes organizaciones sin ánimo de lucro esta opción de aunar fuerzas empieza a ser algo más que una alternativa que barajar. De hecho, el propio Carlos Díaz, de Alianza, reconoce que han tenido contacto con otras ONG´s bien para interesarsae por el modo en que se ha llevado a cabo la fusión o bien para una posible nueva unión a medio plazo.
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