El Papa ha recordado a los cristianos "decapitados" por su fe y ha arremetido contra el "silencio cómplice" del mundo al presidir el Via Crucis en el Coliseo romano, además de pedir no dejarse "seducir por la corrupción". "En ti, Divino Amor, vemos aún hoy a nuestros hermanos perseguidos, decapitados y crucificados por su fe en ti, bajo nuestros ojos o a menudo con nuestro silencio cómplice", ha exclamado el Pontífice durante el solemne ejercicio piadoso.
Asimismo, ha explicado que, a través del rostro desfigurado de Cristo, se reflejan "cotidianas traiciones" del mundo o la "crueldad" de la sociedad. "En tu cuerpo sacrificado, perforado, desgarrado, vemos los cuerpos de nuestros hermanos abandonados en la calle, desfigurados por nuestra negligencia y nuestra indiferencia", ha dicho el pontífice, que ha reflexionado sobre los significados del Vía Crucis y de Cristo herido en la Cruz. "Tu Via Crucis es el icono de la obediencia, la realización del amor por nosotros pecadores, máxima prueba de tu misión", ha comentado.
La cruz ha sido llevada a lo largo de las 14 estaciones por personas procedentes de 5 países distintos, así como familias, enfermos y religiosas
Ha pedido además que jamás se olvide "el mal precio" que pagó Dios al revelarse". "Ayúdanos a pasar de una conversión hecha de palabras a una conversión de vida y hechos", ha expresado. Por otro lado, ha demandado que el mundo no se deje seducir ni por "lo mundano, ni por la corrupción". Además ha detallado ante miles de fieles congregados en los alrededores del Coliseo de Roma que la Cruz libra del pecado al mundo. Finalmente ha repetido que "Dios no se cansa nunca de perdonar ni de abrazar con su misericordia".
14 estaciones
La cruz ha sido llevada a lo largo de las 14 estaciones por personas procedentes de Irak, Siria, Nigeria, Egipto, China, así como familias, enfermos, religiosas latinoamericanas de las Hijas de Nuestra Señora de la Piedad y del Instituto secular Virgen de la Anunciación. Tras su discurso, Francisco ha impartido la bendición apostólica a todos los fieles. Previamente ha recordado la Pasión del Señor en la Basílica Vaticana, al presidir la Liturgia de la Palabra, el Rito de la Comunión y la Adoración de la Cruz.
El jueves Santo, el Papa Francisco lavó los pies a 12 presos, seis hombres y seis mujeres, en la cárcel romana de Rebibbia. Con este gesto, el Pontífice conmemora simbólicamente el gesto de Jesús con sus 12 apóstoles en la última cena.
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