¡Qué derrota, Señor, la de los vaticanólogos! Como los kremlimnólogos, esa especie de diplomáticos y profesores que se ganaban el sueldo interpretando los equilibrios de poder en la URSS por la colocación de los jerarcas soviéticos en los desfiles militares, los vaticanólogos no han acertado ni una. El nuevo papa, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, no sólo no estaba en la lista de favoritos, sino que no cumplía ninguno de los requisitos enunciados por los miembros de esta logia: juventud, fortaleza de carácter, capacidad de organización…
Sin embargo, sí se ha confirmado el giro geopolítico de la Iglesia católica. Mientras la prensa italiana daba como nuevo papa al arzobispo de Milán, Angelo Scola, el arzobispo de Buenos Aires ya se estaba ajustando la sotana blanca. Bueno, siempre podrán consolarse pensando que tienen un 50% del nuevo papa. ¿No dijo Jorge Luis Borges que los argentinos eran italianos que hablaban español y querían ser ingleses?
Teniendo en cuenta que la lengua materna y la nacionalidad de Bergoglio son hispanas, se puede decir que los cardenales han escogido a un papa para una nueva etapa histórica
Jorge Mario Bergoglio es el primer papa formado en la Compañía de Jesús, con lo que el cuarto voto al que se comprometen sus miembros, el de fidelidad al romano pontífice («Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra»), que fue la excusa para su supresión en varios países, como la España de la II República, resulta hoy paradójico. Pero lo más llamativo es que Francisco tiene el honor de ser el primer papa americano. Si unimos a esta condición la de tener el español como lengua materna y ser nacional de un país hispano, podemos pensar que los cardenales han escogido a un papa para una nueva etapa histórica.
El cónclave de 1978 escogió a un papa polaco, de detrás del Telón de Acero, para combatir al socialismo real. El cónclave de 2005 eligió a un papa teólogo y alemán para enfrentarse a la secularización que arrasa Europa y que se ha originado en los países centroeuropeos. Y los cardenales del cónclave de 2013 han escogido a un papa que proviene del continente de la esperanza para la Iglesia católica, donde vive un 40% de los 1.200 millones de católicos del mundo.
El número de católicos en Hispanoamérica crece mientras disminuye en Europa
Pese a la acción de los cultos protestantes y las sectas, así como al renacer del paganismo prehispánico, el número de católicos en Hispanoamérica crece, mientras disminuye en Europa, a un ritmo menor, es cierto, que la población general. De los cinco países con más católicos declarados, tres son americanos, Brasil (con más de 150 millones, frente a los 280 millones que hay en toda Europa), Estados Unidos y México; uno es asiático, Filipinas; y el quinto es europeo, Italia. Además, la Iglesia más activa y con más capacidad de recaudación de fondos es la de Estados Unidos.
¿Abandona la Iglesia católica a la apagada Europa y se refugia en su fortaleza americana para preparar la reconquista? ¿Se cree en Roma que es más fácil persuadir a los hombres que abandonen las armas y compartan la riqueza, como trata de hacer en Brasil, México Colombia, que predicarles que se sometan a la Ley de Dios, como en Alemania, Holanda o Francia?
Lo innegable es que Europa está dejando de ser el centro del mundo para todas las grandes actividades humanas: la política, la economía, la ciencia y la religión, como tenemos hoy la prueba.
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