El lujoso hotel Ritz de París, emblema de la ciudad del Sena, situado en la Place Vendôme, abrirá sus puertas de nuevo el próximo lunes tras cuatro años de reformas y 118 años después de su inauguración, en 1898, por el hotelero suizo Cesar Ritz. Por sus salones y habitaciones han pasado la flor y nata de la cultura y la aristocracia como el escritor francés Marcel Proust, los americanos Ernest Hemingway y F. Scott Fitzgerald y la diseñadora Coco Chanel. El hotel Ritz ha aparecido, como símbolo de lujo, en muchas obras de ficción, como Suave es la noche, de F. Scott Fiztgerald y Fiesta, de Hemingway. Como homenaje, uno de sus bares lleva el nombre del autor de El viejo y el mar.
Es propiedad de Mohamed Al Fayed desde 1979
Es un antiguo palacio del siglo XVIII que fue el primer hotel que disponía de baño privado en cada habitación. En 1979, el empresario egipcio Mohamed Al Fayed compró el hotel. Muchos de los detalles originales aún se conservan. Obviamente son nuevos la fontanería, calefacción y sistemas de aire acondicionado y el Wi-Fi. El hotel original tenía 159 habitaciones y hora sólo quedan 142, 71 de ellas suites. Otros lujos son un túnel de acceso a invitados, un salón subterráneo y techos retráctiles.
Este templo del lujo francés (cinco estrellas) fue el hotel de donde salió la princesa Diana de Gales, en 1997, poco antes de su trágico fallecimiento, en accidente de tráfico, en un puente junto al Sena. Diana de Gales y el hijo de Al-Fayed, Dodi, cenaron en la suite Imperial del hotel antes del fatal siniestro.
La reapertura estaba prevista para marzo, pero distintos sucesos lo han ido retrasando. Primero fueron los atentados del 13N y el clima de terror que vivió la capital francesa. Después, en enero de este año, se declaró un gran incendio como resultado de las obras de reforma. Afortunadamente no hubo que lamentar ninguna víctima. Las llamas comenzaron en la planta 12 y afectaron de manera importante a la última planta del edificio y la techumbre.
El establecimiento tiene 600 empleados
El Ritz de hoy pretende ser como el de ayer, dicen sus responsables, quienes afirman haber mantenido el 80% de los muebles, consolas, sillas o incluso mesitas de noche. El establecimiento tiene 600 empleados, más de cien en la cocina. De la parte culinaria se ocupará Nicolas Sale, un chef de 43 años.
El hotel está considerado uno de los más prestigiosos establecimientos del mundo y por eso figura en la lista The Leading Hotels of the World. Durante la II Guerra Mundial fue ocupado por las tropas nazis, que lo destinaron a centro de operaciones de la Luftwaffe.