Doñana se encuentra en situación de emergencia. La sequía, unida a la dejadez de las administraciones y al incumplimiento de la normativa, están deteriorando el entorno del Parque Natural, declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace casi dos décadas. Por si fuera poco, a finales de noviembre la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía destituyó a su director, Juan Carlos Rubio, que ocupaba el cargo desde hace más de seis años.
Dos días después de conocerse la destitución de Rubio, el 29 de noviembre, el Club Doñana, formado por antiguos exmiembros del antiguo Patronato del Parque Natural -actualmente es el Consejo de Participación quien ejerce las funciones de este órgano- denunciaba “el absoluto estado de dejadez y abandono que sufre el Parque Nacional de Doñana y su entorno” por parte de las administraciones públicas, tanto la Consejería de Medio Ambiente, “incapaz de hacer frente a sus obligaciones legales”, como el Ministerio de Agricultura.
Vozpópuli ha contactado con Juan Romero, miembro del Consejo de Participación de Doñana, que se reunirá a finales de este mes para analizar la situación del parque y abordar los objetivos para 2014. Romero confirma la situación de abandono que está sufriendo el espacio natural, e indica que, en la práctica, esta dejadez se está traduciendo en un deterioro del parque y en la reducción de la biodiversidad en el mismo.
En estos momentos, lo más preocupante es la sequía de las lagunas y las marismas, algunas convertidas en zonas agrícolas por la falta de una ordenación seria del territorio. Según indica Romero, en la provincia de Huelva, a la que pertenece la mayor parte de Doñana, se ha permitido “que se desmantelen las zonas forestales para uso agrícola”, lo que ha aumentado las extracciones ilegales de las aguas subterráneas del parque para utilizarlas para regadío. En el área perteneciente a la provincia de Sevilla, a la sequía de las marismas hay que sumar la extracción de agua por bombeo.
“Las lagunas están completamente secas por el uso urbanístico y turístico que se está haciendo de los recursos del parque”, denuncia Romero. “A este problema de falta de agua hay que sumarle otro de calidad por el uso de pesticidas y abonos químicos”.
Pérdida de biodiversidad
El deterioro del entorno de Doñana está afectando también a las especies que viven allí. “Los alcornoques centenarios se están secando por la falta de agua. De 200 ejemplares hemos pasado a 160”, señala Romero.
También se están viendo afectadas las especies que pasan allí temporadas por las migraciones, como es el caso de los ánsares que cada año migran desde el norte de Europa para pasar el invierno en nuestro país. Según el miembro del Consejo consultado por Vozpópuli, cada año pasan por Doñana entre 45.000 y 60.000 ánsares. “Al encontrar las marismas secas, no pueden quedarse, se van a los terrenos que hay fuera a alimentarse y los disparan”, explica. A su juicio, la Junta de Andalucía tendría que haber regulado la caza de estas aves migratorias.
La falta de un ordenamiento del espacio también ha afectado a la población de linces, especie cuyo atropello se ha triplicado, según publicaba esta semana Materia. Además, en la mitad de los atropellos de estos animales, se descubre que los linces previamente habían sido disparados. Llama poderosamente la atención el caso de Viciosa, una hembra marcada y seguida por el parque que apareció atropellada y con una treintena de plomos en el cuerpo.
Un espacio natural protegido sin director
La destitución del biólogo Juan Carlos Rubio como director del Espacio Natural de Doñana tras más de seis años se produjo a menos de un mes de la reunión del Consejo de Participación, que tendrá lugar alrededor del día 20 de este mes. Así, el Consejo se tendrá que realizar la evaluación de todo el año sin director. “Doñana debería quedar al margen de la política”, considera Romero.
Los objetivos para 2014 del espacio natural afectan a tres áreas: el agua, la fauna y la corona forestal. Así, habrá que atajar el problema del agua en el municipio onubense de Matalascañas, limitar las extracciones de aguas subterráneas, ordenar los cultivos agrícolas, establecer un plan forestal para proteger los alcornoques, regular la caza y crear corredores para que los animales puedan desplazarse sin tener que salir a las carreteras, reduciendo los riesgos de atropello de especies protegidas.
Otro problema que amenaza la conservación de Doñana es la construcción de un almacén subterráneo de gas natural, similar al Castor, caso que aún debe resolver la Junta de Andalucía. A juicio de Romero, “la Junta no no dará el visto bueno porque es un espacio protegido europeo y la Unión Europea no lo va a permitir”.
La raíz del problema es que las administraciones “no creen ni han creído en la conservación de Doñana”. Vozpópuli ha intentado ponerse en contacto sin éxito con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Llegada esta situación, con la sequía, las constantes amenazas para la biodiversidad y la falta de un ordenamiento que asegure un desarrollo sostenible en el entorno sin perjudicar ni al parque, ni a los agricultores ni al turismo, 2014 se presenta como un año lleno de retos para el Consejo de Participación.
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