La Policía tiene pruebas suficientes para acusar a Antonio Ortiz, identificado como el presunto pederasta de Ciudad Lineal, del ataque contra cinco niñas, según dijeron a este periódico fuentes policiales. Existen grabaciones que dan pistas importantes, rastros telefónicos que lo sitúan siempre en el lugar en el que se cometían los secuestros y muchos más datos que permiten asegurar que Ortiz es el llamado violador de Ciudad Lineal.
Cuando la Policía lo tenía ya señalado decidieron simular dos controles de identificación cerca de su casa de Santander. En una de las ocasiones llegaron a insinuar que buscaban droga y le abrieron el capó y la guantera. En esas identificaciones se pretendía comprobar algunos de los datos que habían dado las niñas. Después de estos controles preventivos, Ortiz se sintió acosado y llegó a viajar a Madrid a dormir y volver a Santander por la mañana. Otro de los días, tal y como dijo el ministro del Interior, durmió en el coche para evitar que le pudieran parar otra vez.
Actuando a golpe de titular
Otra de las características es que seguía su caso por los medios de comunicación. Si en un periódico se decía que las niñas habían coincidido en que tenía flequillo, se cortaba el pelo. Cuando la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, aconsejada por la Policía, dijo en Antena 3 que estaba "localizado" se fue para Santander, donde fue detenido este miércoles.
Las niñas han sido más decisivas que lo que se dijo en un principio, a pesar de que habían sido drogadas. Todas menos la menor china coincidían en que les llevaba por un pasillo con puertas blancas con números. Y la Policía no encontraba en las casas que tenía controladas esas puertas blancas.
El trastero
Finalmente bajaron al trastero de uno de los edificios y descubrieron que las llevaba por allí hasta el piso. Los trasteros tenían puertas blancas con números. "Las declaraciones de las niñas han sido fundamentales para que tengamos la certeza de que se trata del pederasta y que esté muchos años sin salir de la cárcel", explicaron fuentes que conocen la investigación.
La Policía comenzó este miércoles el interrogatorio de Antonio Ortiz al que se le atribuyen cinco ataques contra niñas menores y tres en grado de tentativa. Está en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía bajo vigilancia para evitar un suicidio.
Tras la rueda de prensa del ministro del Interior, Jorge Fernández, una de las autoridades que estaba en el encuentro con la prensa dijo: "La Policía ha hecho un trabajo cojonudo".
En efecto, la Policía se volcó y han trabajado cientos de personas en la calle, en los ordenadores y visitando tiendas, farmacias y bancos para ver las cámaras, pero finalmente los agentes aprovecharon uno de los pocos errores que cometió el presunto pederasta.
Enemigo público
Antonio Ortiz se había convertido en el enemigo número uno no sólo de los madrileños sino de los españoles, pues sus ataques a menores se habían convertido en noticia en todos los medios nacionales.
Personas que han seguido la investigación, tal como relató el ministro, han destacado lo complejo de la misma. Se ha trabajado sobre 700.000 llamadas telefónicas y miles de matrículas de coches, se buscó el modelo del vehículo y se dio con el empresario de compra venta de vehículos en el que trabajaba Ortiz. Utilizó varios coches para cometer sus ataques, lo que despistaba a la Policía. Alguno se vendía por Internet hace unos días.
Ese era uno de los problemas que tenía la policía que los modelos que decían las niñas, y los colores, no coincidían en muchas ocasiones. Finalmente, Ortiz cometió un error y fue pararse a comprar una crema en un establecimiento chino. Dos cámaras de dos bancos cercanos grabaron el vehículo y tras cruzar las miles de llamadas que se habían hecho dieron con una pista. Otras fuentes hablan que se tomó una huella del chino.
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