Desde que en febrero las redes sociales se afanaran para averiguar el color de un vestido cambiante, Internet se ha convertido en una fuente inagotable de ilusiones ópticas que ponen a prueba a nuestro cerebro. La última de todas es la de un gato común que plantea el siguiente dilema: ¿sube o baja las escaleras? La respuesta no es para nada sencilla. Si uno se fija en la pata derecha del animal levantada puede servir como indicio de que el gato está bajando las escaleras. Del mismo modo que pasa si nos fijamos en el bordillo de las escaleras, que suelen verse salidos si las miramos desde abajo. Sin embargo, si centramos nuestra atención en el fondo de la imagen, en la que parece verse el suelo, no queda otra que pensar que el minino está subiendo las escaleras.
De nuevo, una ilusión óptica invita a reflexionar sobre la lógica del cerebro. En el caso de #TheDress, la cuestión quedó zanjada por la manera en que nuestro cerebro interpretaba la información y el contexto de la imagen, influyendo factores tanto fisiológicos como de luminosidad y brillo de la misma. En esta ocasión, se muestra a un gato en una fotografía en blanco y negro y los colores no parecen jugar ningún papel importante para dar con la solución, sino más bien parecer tratarse de cuestión de perspectiva. De nuevo, todo depende de según cómo se mire. La falta de referencias como puede ser una barandilla o esclarecer si lo que está en el fondo es el suelo o una parte del techo que se ve debido a cómo está tomada la fotografía hace que resulte bastante complicado acertar con una respuesta y no cambiar de opinión varias veces.
Una nueva tendencia viral
Desde que el debate sobre si un vestido se veía de color azul y negro o dorado y blanco dividió la opinión pública de medio mundo, a través de las redes sociales, las ilusiones ópticas parecen haber suscitado un mayor interés en las personas que hace unos años. Un hecho curioso, teniendo en cuenta que saber que nuestro cerebro 'nos engaña', por así decirlo, no es algo nuevo. Sin embargo, esa característica de las redes sociales, de generar un sentimiento de identificación con nuestros pares sobre un tema, ha potenciado que el hecho de sentir curiosidad y saber un poco más sobre cómo funciona el cerebro - del que siempre se ha dicho que no conocemos ni el 90% de lo que es capaz de hacer - sea haya convertido en un tema de interés general.
Esta tendencia, no sólo sucede en las redes sociales. El científico jefe del proyecto Oculus de Facebook, Michael Abrash, realizó una conferencia, recientemente, donde utilizó una serie de ilusiones ópticas para explicar de qué manera él empezó a creer en la realidad virtual de la que consiste su proyecto. LA semana pasada también triunfaba otro truco mental que nos decía que si eramos capaces de ver a Einstein, en lugar de Marilyn Monroe, según nos alejásemos de la imagen teníamos una mejor vista.
Lo del vestido azul y negro creó escuela. Ahora la discusión es si este gato sube o baja las escaleras... xD pic.twitter.com/eY7wUbgS6O
— Álvaro López Martín ? (@A1varoLopez) April 9, 2015
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