Sociedad

Mujer, pensionista y pobre. Las jubiladas españolas están a la cola de Europa

"Es tiempo de pasar de la igualdad legal a la igualdad real", dicen Ana Mato y Soraya Sáez de Santamaría haciendo suya una frase del movimiento feminista. El paro femenino desciende a una velocidad seis veces más lenta que el masculino. Y las pensiones de las mujeres son un 40% más bajas. ¿Dónde está la igualdad?

Datos, datos y más datos para conocer una realidad desgarradora. La mujer cobra un 40% menos en la pensión de jubilación; la mujer percibe un 23% menos que un hombre realizando el mismo trabajo; la presencia de las mujeres en los consejos de administración de las empresas es del 29%; el 66,25% de las empresas españolas están dirigidas por hombres; una mujer tiene que trabajar 26 días más para cobrar igual que un hombre. Y así se podría seguir para demostrar que la mujer siempre sale mal parada en cuanto a retribución salarial se refiere. Nunca hemos vivido en una sociedad tan envejecida. Ni tan pobre. Pero éste es un dato que no afecta a todos por igual.

Al menos eso es lo que se desprende de un nuevo estudio del IESE School sobre el impacto de las pensiones en la mujer, que alerta de que el sistema de pensiones público "perpetúa y amplía las desigualdades que se producen en el mercado laboral entre hombres y mujeres". Con datos y números, aseguran que la pensión media de las mujeres españolas es de 659 euros, un 38% menos de los 1.067 euros que perciben los hombres. 

En el actual sistema de pensiones, los dos sexos tienen los mismos derechos desde un punto de vista técnico. Sin embargo, en la práctica, hombres y mujeres asumen distintas responsabilidades, y el sistema premia a quienes no se han visto en la tesitura de interrumpir su trayectoria profesional por atender a sus familias, penalizando así a las mujeres.

Los autores del estudio se basan en que los hombres han trabajado una media de 43,4 años, mientras que las mujeres sólo lo han hecho de forma remunerada un promedio de 12,8 años, la cifra más baja de Europa, lo que conlleva "desigualdades en las futuras prestaciones de jubilación". Y todo, por cuidar de los hijos o de familiares en situación de dependencia.

El paro femenino desciende a una velocidad seis veces más lenta que el masculino

Según el estudio, estos factores "repercuten directamente en el cálculo de la pensión pública, haciendo más vulnerables a las mujeres en la etapa vital que requiere una mayor protección". Las principales causas de estas desigualdades son "la menor participación de las mujeres en el mercado laboral, el menor tiempo de dedicación a un trabajo remunerado y los ingresos inferiores a los de los hombres".

Pero el problema también está en al situación actual. Según denuncian desde CCOO en un documento al que ha tenido acceso Vozpópuli, "el descenso del paro el pasado mes de marzo y, por tanto, la tendencia en la contratación, ofrece resultados desiguales por sexo. En relación a los datos de febrero, el desempleo masculino ha bajado el tercer mes en 13.935 personas y el femenino en 2.685. Es decir, el paro femenino desciende a una velocidad seis veces más lenta que el masculino". 

Y este es precisamente uno de los problemas que denuncian las asociaciones de mujeres en torno a los problemas que suscita la falta de empleo para las mujeres y su repercusión en las pensiones de jubilación. En concreto, la asociación E-Mujeres, que en palabras de su presidenta, la empresaria Angustias Bertomeu, "la posición de la mujer en el trabajo es la más débil y la más desprotegida, y esto tiene que acabar".

¿Afectan las reformas más a los hombres que a las mujeres?

El sistema de seguridad social ha eliminado todos los sesgos explícitos por cuestión de género y adopta la misma fórmula para los hombres que para las mujeres en el cálculo de la prestación. En este sentido, se puede afirmar que ambos tienen los mismos derechos desde un punto de vista técnico.

Sin embargo, en la práctica, sucede que hombres y mujeres asumen distintas responsabilidades en el ámbito familiar. La lógica que subyace tras el sistema de pensiones públicas premia a quienes no se han visto en la tesitura de interrumpir su trayectoria por atender a sus familias, penalizando así a las mujeres que son, en su mayoría, las que se han dedicado a un servicio de marcado interés general y social.

Para cambiar esta tendencia "el Gobierno tendría que propulsar políticas activas que incentiven la igualdad real que exige Mato", indice Angustias Bertomeu, que además recalca que "Ana Mato lleva años desmontando el sistema de políticas de igualdad. Ahora se van a gastar una millonada en un anuncio para la DGT, pero no vemos ninguno para alertar de la situación que viven las mujeres. No se puede tolerar".

¿Qué pasará con las generaciones futuras?

En resumen, si la mujer cobra una media de un 30% menos, aporta un 20% menos a planes de pensiones privados, obtiene un 41% menos en planes de pensiones privados, percibe un 39% menos de pensión pública y, además, vive 5 años más que el hombre, ¿cuál será su calidad de vida futura? A esto también se une el hecho de que, según varios informes, un 30% de las familias españolas se mantienen con las pensiones de jubilación de los mayores de la casa. Entonces, ¿dónde está la igualdad real que tanto quiere Ana Mato?

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