Un joven británico de 22 años ha sido acusado de poseer pornografía infantil después de que su novia, de 17 años, le enviara desde su teléfono móvil varios selfies eróticos. La pareja, según recoge el diario británico Daily Record, asegura que ellos desconocían el carácter ilegal de los imágenes que estaban compartiendo.
"Si podemos tener sexo, ¿cómo es posible que enviar algunas imágenes de mí misma sea un crimen?"
"Si podemos tener sexo, ¿cómo es posible que enviar algunas imágenes de mí misma sea un crimen?" asegura la joven, que añade que "yo no soy una niña y mi novio no es un acosador". La legislación inglesa permite a las parejas de más de 16 años mantener relaciones sexuales de manera consentida, pero la producción de imágenes de este tipo puede llegar a considerarse pornografía infantil, dado que, como en este caso, la a la joven aún le quedan cuatro meses para alcanzar la mayoría de edad.
Las imágenes de la joven encontradas en el teléfono móvil del acusado fueron descubiertas a raíz de una serie de eventos desafortunados, por los que la policía se apoderó de su teléfono móvil. La policía ha decidido no procesar a la joven debido a su edad, pero su pareja está recibiendo sobre sus actos todo el peso de la ley. La joven, visiblemente molesta, aseguraba al diario que le ponía "enferma" imaginarse a policías, abogados" y "Dios sabe quién más" mirando y riéndose con sus imágenes desnuda.
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