Con una tasa de desempleo juvenil del 57% y la subida de las tasas universitarias emprendida en septiembre del año pasado por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, el panorama para los jóvenes españoles se antoja cada vez más complicado. Hay quienes optan por emigrar al extranjero para poder ganarse la vida y quienes al contrario, se decantan por "no quedarse sentados" y luchar. El bautizado como "Movimiento Doctor Love" es un ejemplo del segundo grupo: la positividad es su filosofía y la clave de su éxito.
Hace apenas nueve meses, una veintena de universitarios decidió plantarle cara al 'tasazo' y luchar por su futuro. Para ello, escogieron una herramienta con la que estaban más que familiarizados: organizar fiestas con la temática del famoso "juego del semáforo". Venderían pulseras que reflejasen el estado sentimental de cada persona para financiarse no sólo los estudios, sino también los gastos de alquiler, transporte o alimentación.
El verde para los "supersolteros", el azul para las "supercelestinas", el amarillo para los "superdepende" o indecisos, el rojo para los "supercasados", el morado para los "supergays" y el blanco para los "supersolidarios". En último lugar, el rosa, es el color que más visibilidad ha dado a "Doctor Love", y es que sus pulseras ya lucen en las muñecas de actores como Penélope Cruz o Javier Bardem, en cantantes como Lourdes Hernández de Russian Red y en deportistas como Jorge Lorenzo.
A juzgar por el número de pulseras que han vendido, alrededor de 40.000 y con las que se obtienen descuentos no sólo en discotecas sino también en un amplio abanico de comercios que van desde zapaterías hasta librerías o restaurantes, se puede decir que han conseguido afrontar "una situación adversa desde un prisma más activo y con más ilusión", según Alejandro Bescos, miembro activo del movimiento.
"Intentamos explicar que esto no es una pulsera sino una inversión", señala Jorge García, uno de los fundadores de “Doctor Love”, una curiosa manera de labrarse un futuro profesional entre cuyos criterios de "admisión" figuran ser universitario y estar abierto a ser positivo y luchador. "Mañana igual ofrecemos ir a la Luna, capaces", concluye.
"Nuestro punto fuerte es la positividad. Cada problema tiene una solución, no hay que dejarse llevar por la trayectoria negativa sino luchar contra ella. Ante las malas situaciones, arremangarse, no hay más. Hay que quejarse pero también hay que trabajar. Si sólo te quejas, no consigues nada", explica Bescos, estudiante de Ciencias Políticas.
Por otra parte, "Doctor Love" se ha consolidado no sólo como una forma de financiación para universitarios sino también como una filosofía de vida e incluso una escuela práctica. "El objetivo no era trabajar y trabajar y estar agobiados, sino buscar un trabajo que nos permitiese mucha libertad y disfrutar de nuestra juventud", subraya Alejandro Bescos.
"Soñadores hasta la médula"
"Dentro de nuestro grupo hay mucha gente que ha aprendido a ser positivo", comenta Jorge García, añadiendo que "el truco del éxito es llevarte bien con la gente y que la filosofía de ser positivos es la clave del éxito”. “Muchos han venido con una negatividad brutal y ahora parece que irradian felicidad".
Comparan su proyecto, en el que ahora trabajan ocho miembros activos pero que en septiembre al reanudarse el curso escolar esta cifra ascenderá a la veintena, con una bola de nieve que crece a pasos agigantados. "Somos soñadores hasta la médula".
Sin embargo, y pese a su actitud luchadora en panorama apenas esperanzador en cuanto a posibilidades laborales para los jóvenes, el del "Movimiento Doctor Love" no ha sido un camino de rosas.
"Nos han surgido muchos escollos. Hay gente que quiere robar, otros que te mienten… Te encuentras de todo”, apunta Bescos, señalando por otra parte que “no hay ningún problema que no hayamos solucionado".
Buscan una ONG
El 10 por ciento de lo recaudado con la venta de las pulseras de color blanco, es decir, las que visten los "supersolidarios", irá destinado a una ONG cuyo trabajo consista en ayudar a niños españoles en situación precaria.
Aún no han encontrado la organización sin ánimo de lucro idónea pero sí están guardando los ingresos que se generan con la venta de estos brazaletes. "Es muy difícil encontrar una ONG que esté ayudando a niños españoles con problemas en los estudios", declara Bescos.
"Me resulta escalofriante que se ayude tanto en el exterior cuando dentro las cosas están tan mal”, añade el futuro licenciado en Ciencias Políticas, considerando que “por una vez, sí que hay que mirarse al ombligo y ayudar en nuestro país".
La búsqueda de una ONG a la que destinar una parte de sus ganancias es sólo uno de sus proyectos futuros ya que a corto plazo están gestando otros dos relevantes. "Pronto empezaremos en Barcelona, ya estamos hablando con unos chicos explicándoles la filosofía para que mantengan el mismo espíritu", subrayan desde “Doctor Love”.
El último: una red social para teléfonos móviles en la que, por ejemplo, un usuario soltero podrá localizar a todos los "supersolteros" que haya en su zona, interactuar y emprender una relación si así lo considera oportuno.
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