El periodista aseguró a The New York Times que los medios de comunicación españoles son cautivos de sus acreedores y de los gobiernos que les convencieron de la necesidad de mantener la prensa escrita con vida, en una clara referencia a la refinanciación de la deuda de Prisa, en la que el Ejecutivo jugó un papel importante. Tan sólo tres días después de la publicación de estas declaraciones, Prisa ha decidido fulminar a uno de sus periodistas más veteranos.