Un equipo de investigadores ha descubierto que un grupo de estos monos en Brasil produce lascas similares a las que se atribuyen a los primeros homínidos. Su hallazgo, aseguran, obliga a replantearse si todos los utensilios identificados como obra de nuestros ancestros son obra de otros primates.

Les conocimos en películas o series cuando eran monos o al menos tiernos, pero el paso del tiempo no perdona. Ahora que han cumplido años y han pasado a la adultez ya no despiertan ni la ternura. ¿Tantos alimentos transgénicos han consumido para evolucionar de esta manera?

Las cosas se ponen tensas en la crónica social. Mientras Aramis Fuster denuncia que la mujer de su casero se encaprichó de ella, Carmen Lomana asegura que las nalgas se le han hecho callo. Y, si faltaba algo, Álex González no está por la labor de quitarse la camiseta y Olvido Hormigos le ha hecho una peineta a Belén Esteban. Y que el Gobierno todavía no haya tomado medidas en todo esto...

Ya podríamos hablar del malvado mono del armario de Family Guy. Pero no. En este libro -Yo, mono- Pablo Herreros recupera a Charles Darwin para explicar el comportamiento de los hombres a partir de la observación de los primates, quienes demuestran saber conspirar y mentir como políticos, también salir del armario.