Santander Global Properties, el fondo creado hace unos años por Banco Santander y que aglutinaba algunos de sus activos inmobiliarios más singulares, ya es historia. Tras culminar con éxito la muy perseguida 'operación Canalejas' la entidad ha decidido prescindir de la estructura encomendada en su día a un histórico del banco, Luis María Arredondo, ex presidente de la antigua Inmobiliaria Urbis, y hombre de confianza del anterior consejero delegado, Alfredo Sáenz. Algunos de los deberes, como la venta del Edificio España, se quedan por hacer y se espera que las gestiones se agilicen después de haber sacado del balance la antigua sede de Banesto.

Emilio Botín enjugó en parte el mal sabor de boca de la salida de Alfredo Sáenz con la entrada en el consejo de Villar Mir. La relación entre ambos es de total sintonía y confianza. Hace pocas semanas solventaron la Operación Canalejas con celeridad y tiempo atrás el banco ayudó a colocar las filiales de OHL en México y Brasil. Villar Mir es de los pocos a los que Botín considera su par.

En los últimos meses se ha reactivado uno de los clásicos del urbanismo madrileño: la transformación de la manzana donde confluye la calle Alcalá y Gran Vía, en la que se encuentran situados algunos activos inmobiliarios pertenecientes al Banco Santander (entre ellos el edificio Canalejas), en un complejo comercial, de ocio y residencial, con hotel incluido. El Grupo Villar Mir, que se ha hecho con una opción de compra sobre los inmuebles, tratará de culminar una operación que ya estuvo cerca de cristalizar a mediados de la pasada década.