La compañía anunció recientemente que negocia la venta de su participación en Santillana con varios interesados, entre ellos, el fondo estadounidense Rhône Capital. La dirección del grupo quiere cerrar la operación en el corto plazo, pero los fondos buitre presionan para que no abarate el precio y, de ese modo, con el montante de la transacción pueda liquidarse casi toda la deuda, de 1.500 millones de euros.

El Consejo de Administración de Prisa se reúne este viernes con la operación de venta de Santillana en el aire y con una parte de los accionistas con un manifiesto descontento con Juan Luis Cebrián y con su mano derecha, José Luis Sainz. La compañía ganó 14 millones entre enero y septiembre, aunque su situación financiera es muy comprometida, con una deuda de 1.587 millones, de los que 960 vencen antes del final de 2018.