El futuro de Iberia se dirimirá en las primeras semanas de enero. Pese a la insistencia de su consejero delegado, Luis Gallego, en la importancia de cerrar un acuerdo con los sindicatos antes de que concluya 2013, la misión será imposible. A la compañía y los representantes de los trabajadores se les acaba el margen porque el acuerdo deberá llegar, como muy tarde, a finales de enero. De no ser así, la aerolínea deberá poner en marcha un plan alternativo que dejará en el aire el proyecto de una nueva Iberia.

El consejo de administración de Iberia presentará el próximo día 15 el nuevo plan estratégico de la compañía, tal y como estaba previsto, aunque no será un documento cerrado. La dirección de la compañía mantiene actualmente negociaciones con los sindicatos para terminar de dotar al plan de contenido concreto y no lo hará hasta que no cierre las conversaciones, lo que se espera para finales de año. Así, el plan que conocerán los mercados será de líneas generales, prácticamente de intenciones, un esqueleto que se irá completando conforme culminen los pactos con los trabajadores.

Las negociaciones entre la dirección de Iberia y el sindicato de pilotos Sepla se encuentra en la recta final aunque con algunas cuestiones aún pendientes. Entre ellas destaca el punto referido a las condiciones de la parte del ERE que afecta a los pilotos, toda vez que no firmaron el acuerdo de mediación. La exigencia del Sepla se concreta en que el proceso sea voluntario e incluya una indemnización de 35 días por año. 

La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha desestimado la demanda presentada en su día por el sindicato de pilotos Sepla contra los despidos acordado por la dirección de Iberia con la mayoría de los sindicatos que representan a los distintos colectivos de la aerolínea. El Tribunal ha tenido en cuenta para su decisión el hecho de que el acuerdo de mediación en el que se contemplaban los despidos tuviera una aceptación del 81% y también las causas económicas, productivas y organizativas que concurren en Iberia.

Las complicadas negociaciones entre Iberia y el sindicato de pilotos Sepla en torno a los ajustes laborales de la aerolínea se vio salpicada hace unos diez días por una llamativa estampa. Efectivos de la Guardia Civil se personaron en la sede del sindicato aunque su cometido eran tan simple como trasladar la comunicación de una denuncia formulada por Iberia por presunta obtención ilegal de las pruebas que acompañan la demanda que en su día los pilotos presentaron contra la aerolínea por no cumplir lo dispuesto en el laudo que, teóricamente, dirimía las diferencias entre las partes.

Las relaciones entre la aerolínea Iberia y los pilotos a propósito del plan de ajuste de la compañía continúan enquistadas. La última ronda de contacto que ha mantenido la dirección de la empresa con el sindicato Sepla está a punto de concluir y, por el momento, no hay visos de avance alguno. Los pilotos decidieron no firmar el acuerdo de mediación que sí suscribieron la mayoría de los sindicatos el pasado mes de marzo y buscan un acuerdo paralelo con la aerolínea.

Iberia afronta la semana previa a la que será la mayor huelga de su historia. Tras las negativas de la dirección de la aerolínea a las diversas propuestas de los sindicatos, éstos han empezado a mirar hacia el Gobierno, al que consideran el único que, en estos momentos, puede hacer algo en su papel de regulador del sector aéreo. Las grandes centrales e incluso el sindicato de pilotos Sepla, que acordará hoy en asamblea sumarse a los paros, han lanzado mensajes al Ejecutivo para que trate de parar una situación que podría hacer un daño irreparable a la aerolínea.

Por si no tuviera pocvas afrentas, el Gobierno cuenta desde ayer con un problema más a la vista: la mayor huelga de la historia de la aerolínea Iberia, que amenaza con generar el caos en el espacio aéreo español. Todo ello después de que la compañía rechazara ayer la última propuesta de los sindicatos. Frente a lo previsto, la reunión celebrada en la sede del SIMA no fue un mero trámite previo a la convocatoria de los paros sino que contempló la última propuesta de los trabajadores, rechazada por la empresa. Los pilotos se unirán a la huelga una vez ratifiquen su decisión en una asamblea que celebrarán la próxima semana.

No hubo sorpresa. El consejo de IAG se limitó a ratificar la falta de acuerdo entre Iberia y los sindicatos acerca del plan de ajuste de la aerolínea española dentro del plazo fijado por el holding, lo que le da pie para poner en marcha la propuesta fijada el pasado 9 de noviembre. Este hecho se traducirá en una huelga por parte de los sindicatos que podría tener consecuencias funestas para Iberia, traducidas en pérdidas de más de tres millones diarios en las jornadas de los paros, que podrían agravarse ante un posible colapso de red.

Los representantes sindicales de los trabajadores de Iberia se encuentran en la última fase de los contactos para fijar una serie de movilizaciones contra el plan de ajuste que ha presentado la compañía y que incluye un ERE para 4.500 empleados. Los detalles de las acciones que emprenderán los sindicatos se conocerán probablemente el próximo jueves.