Iberia afronta la semana previa a la que será la mayor huelga de su historia. Tras las negativas de la dirección de la aerolínea a las diversas propuestas de los sindicatos, éstos han empezado a mirar hacia el Gobierno, al que consideran el único que, en estos momentos, puede hacer algo en su papel de regulador del sector aéreo. Las grandes centrales e incluso el sindicato de pilotos Sepla, que acordará hoy en asamblea sumarse a los paros, han lanzado mensajes al Ejecutivo para que trate de parar una situación que podría hacer un daño irreparable a la aerolínea.