Lento, como ha de degustarse el paisaje. Y romántico, como los viajes sobre raíles de antaño. El trayecto en ferrocarril decimonónico desde Kandy hasta Ella no sólo atraviesa la zona más alta, fértil y fresca de Sri Lanka, sino que también brinda por la ventanilla una de sus escenas más bellas: las mujeres que recolectan las hojas del famoso té de Ceilán, el primer eslabón de una cadena que acaba en una taza humeante en distintos rincones del mundo.

Después de años y años de guerra, la paz ha llegado a Sri Lanka. Y los viajeros han puesto su mirada en esa isla que parece desprenderse del sur de la India. Es cierto que siempre se ha podido viajar a Sri Lanka, pero dejando todo el norte fuera del alcance y con esa sensación extraña de disfrutar en un país que sabes que está en guerra. Ahora no, y todo el mundo aprovecha para conocer esta perla del Índico, una de las míticas islas de las especias.