Este altavoz cuesta, concretamente, unos chirriantes 149,99 euros (cosas del marketing) que sólo se pueden pagar online y a través de la página web del fabricante, Creative. El truco de este precio es que va directo del fabricante al comprador, con lo que se evitan las comisiones de los intermediarios. Dejémonos de groseros detalles crematísticos y vayamos al grano.
Sí en las fotos parece estéticamente tan soso y la marca Creative solo evoca para muchos las famosas tarjetas de sonido Sound Blaster de antaño (craso error), ¿a qué se debe el título tan sensacionalista de este reportaje?
Para empezar, en un tamaño más pequeño que el de un cartón de tabaco se alojan dos amplificadores, uno especial para los graves y medios, y otro dedicado en exclusiva a los tonos agudos. Cabe decir que los altavoces portátiles de gama media-baja, y bastantes de gama alta y de precio muy elevado, llevan sólo uno. Esta dupla de altavoces se acompaña por cinco conductores de alta frecuencia para graves y medios, que están ubicados en modo horizontal. Completa a grandes rasgos su componente técnico un subwoofer único y dos radiadores pasivos. Asegura la compañía que todas y cada una de estas piezas son de gran calidad, especialmente fabricadas para el Roar. Desde el punto de vista de software, este equipo incluye AAC y aptX, codecs que optimizan la reproducción de sonido inalámbrico; y es que la transición por el aire desde la fuente al reproductor genera desperdicios…
El resultado de todo este cúmulo de tecnologías es que este altavoz suena muy bien, extremadamente bien. Su potencia, para ser tan pequeño, sorprende, y ecualiza por sí solo las variables de forma que genera unas melodías siempre técnicamente agradables, se trate de Metallica o de Vivaldi. Seguro que algunos oídos exquisitos le encontrarán errores en la reproducción, pero como todo en la vida, es necesario contrapesarlo con su precio y, además, con lo que te contamos a continuación.
Porque el Creative Sound Blaster Roar cuenta con una serie de prestaciones interesantes:
Botón Roar: un modo de reproducción especial que incrementa la sonoridad, la profundidad y la amplitud de sonido. Fantástico para los que quieren que vibre la mesa (que lo puede llegar a hacer).
TeraBass: esos citados exquisitos oídos –no tanto los del resto de los mortales- bien saben que cuando la música se escucha a bajo volumen, se genera una descompensación en los graves. Pues este modo TeraBass se ocupa de recompensarlos. Se nota y mucho.
MegaStereo: si tienes dos unidades Roar podrás conectarlas mediante un cable para que ejerzan de canales autónomos izquierdo y derecho.
Manos libres: si está aliado con un smartphone, podrás utilizar el Roar para hablar y contestar llamadas.
Grabador: dispone de un micrófono para registrar tu voz y sonidos en general.
Temporizador: se apaga él sólo cuando así lo necesitas.
Tres tipos de conectividad bluetooth (selector LS): para establecer el acceso de dispositivos inalámbricos conectados a él; muy útil para, por ejemplo, una fiesta en la que los invitados puedan –o se les impida- reproducir la música de su móvil a través de él.
Hablando de conectividad, es de los altavoces que han pasado por nuestras manos con mejor dotación en este sentido: bluetooth, NFC, USB, entrada de línea y reproducción mediante tarjetas MicroSD.
Un sorpresa para finalizar: su batería interna, de iones de litio de 6.000 mAh, que le otorga una autonomía de hasta 8 horas, también puede recargar tu smartphone. Es decir, el Roar incluye la función powerbank. Todo ello se aglutina en una carcasa metálica de tipo monocasco. Por cierto, este altavoz ha recibido un galardón Red Dot Award por “la perfecta combinación de ingeniería de sonido y diseño minimalista”.
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