Tecnología

He conducido desde Internet un coche situado a 70 kilómetros de distancia y esto es lo que ha pasado

La tecnología 5G ya permite conducir un coche situado a cualquier distancia de forma remota, transmitiendo al conductor las sensaciones reales de la carretera: curvas, baches, frenazos...

Dicen que para comprender mejor cualquier cosa nada mejor que mostrar un botón, y Telefónica ha convertido este botón en un coche, desarrollado por el Real Instituto de Tecnología Sueco, que puede conducirse a distancia. Todo con la intención de que se entiendan mejor las posibilidades que ofrece la tecnología 5G que llegará, si nada falla, en torno a 2020.

En el stand del operador en el Mobile World Congress se ha instalado un sillón con un volante, sus correspondientes pedales, y una gran pantalla. Un sistema diríase destinado a un videojuego pero que, sin embargo, conecta a quien se sienta al volante a un coche real. 

Básicamente el 'coche' que Telefónica ha aparcado en pleno corazón de Barcelona se conecta con un vehículo real situado en un circuito de Tarragona, concretamente a 70 kilómetros de distancia. Un conjunto de sensores se encarga de recoger las órdenes del conductor y enviarlas al vehículo real, que las ejecuta. Es una de las muchas posibilidades del llamado Internet táctil, el concepto con el que se denomina el manejo de objetos a distancia.

Si dividimos un segundo en treinta mil partes, una de esas partes es el tiempo que ha tardado el vehículo en ejecutar las órdenes que le hemos enviado: frenar, acelerar, girar...

Hasta ahí, todo parece más o menos sencillo tecnológicamente. Lo realmente complicado no es que el coche entienda lo que queremos hacer, sino que cuando lo hagamos responda con velocidad. De no ser así, el riesgo de accidente se incrementaría exponencialmente.

Otra de las complicaciones es que el usuario tenga una imagen estable, continua y de calidad, para conducir con naturalidad. Por ello Telefónica ha instalado sobre el coche cuatro cámaras que graban a calidad 4K, que deberá enviar la información a la pantalla del Mobile World Congress donde se encuentra el otro 'coche'. En resumen, se necesita una red que pueda transmitir la información en ambos sentidos sin que haya latencia. La latencia no es más que el tiempo que tarda en reaccionar un objeto desde que se le manda la orden. A menor tasas de latencia, mayor velocidad de reacción.

Esta tecnología se puede aplicar a otros sectores, como el médico. Un cirujano podría ya operar con total precisión a distancia

Es ahí donde entra en juego la tecnología 5G, que permite transmitir información y datos a una velocidad de 5GB cada segundo (permite, para hacernos una idea de su velocidad de transimisión, descargar en el móvil dos películas en formato HD en menos de un segundo). Esto le otorga una latencia muy baja, algo que hemos comprobado más adelante en nuestras carnes.

Pero la cosa no acaba ahí. Para hacerse una idea de las posibilidades de 5G, se podrían conducir hasta 50 coches como el que hemos manejado nosotros al mismo tiempo.

¿Sensaciones al volante? Ninguna

A lo largo de los cerca de diez minutos y tres vueltas que hemos completado sobre el circuito ubicado en Tarragona no hemos experimentado sensación alguna. Es decir, ha sido como conducir cualquier vehículo de la forma tradicional.

El volante ha girado prácticamente de forma instantánea en cuanto hemos girado el volante. De igual forma, el coche ha acelerado y frenado de forma muy similar a como se produciría en una conducción tradicional. Y hemos sentido las vibraciones propias que se experimentan al superar un bache, girar y frenar en seco.

La principal culpa de todo esto, como ya hemos dicho anteriormente, está en la baja latencia del 5G. En concreto, desde que se da la orden hasta que el coche la ejecuta pasa solo pasa una treintamilésima de segundo. Es decir, si dividimos un segundo en treinta mil partes, una de esas partes es el tiempo que tarda el vehículo en ejecutar cualquier orden desde que esta es dada por el usuario.

Lo mismo sucede con la visión de la carretera en la pantalla. Ninguna sensación digna de mención, ningún error en la recepción de la señal.

Está solución, que ha sido desarrollada ex profeso para el Mobile World Congress por Telefónica, y está pensada para ser utilizada en flotas de vehículos y maquinaria pesada, entornos en los que es peligroso que los operarios se encuentren cerca de los vehículos.

No es, ni mucho menos, el único entorno en el que se puede aplicar la tecnología 5G. "La tecnología 5G permite desarrollar soluciones para diferentes sectores y mercados. Este coche no es más que un ejemplo, pero se puede aplicar, por ejemplo, al mundo médico para realizar intervenciones quirúrgicas a distancia", ha matizado Ana Muñoz, business manager de tecnología de Telefónica.

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