La red social de vídeos breves, TikTok, que ha marcado el camino reciente del contenido en este tipo de plataformas, está en jaque: cada vez más voces piden que se cierre, alegando diferentes motivos. Son muchas las acusaciones que la acechan y que hacen peligrar su futuro: desde que es una amenaza para la salud, ya que según los expertos puede ser un campo de la pseudociencia y pseudomedicina, hasta que es un arma de espionaje chino, pasando por las ya conocidas y muchas veces denunciadas posibilidades de adicción, especialmente en los más jóvenes.
Esta misma semana, el periódico estadounidense "The New York Times" se hacía eco de una de estas demandas de los expertos: es una tierra especialmente fértil para la pseudociencia. Cada vez son más los científicos, médicos y académicos que alertan de que en esta red social la desinformación en temas de salud está a la orden del día.
¿Cuántas veces, especialmente entre los más jóvenes, hemos oído la frase, "Haz esto, lo vi en TikTok y es super bueno"? La red social se presenta en muchas ocasiones como 'el gran sabio', el sustituto de Google, al que todos recurrimos. Según la publicación americana, los usuarios que publican información falsa en este tema supera con creces a aquellos que la desmienten: por cada creador que se basa realmente en la ciencia, hay 50 o 60 que difunden información errónea.
Pese a que en todas las redes sociales se puede publicar información de manera libre y sin ningún de filtro, la diferencia entre otras y TikTok es, según los expertos en salud que alertan de este problema, que la posibilidad de guardar audios que proporciona la plataforma china provoca que los mensajes duren más tiempo.
Los fragmentos de información falsa o medio verdad, que pueden ser recortados y guardados, "operan como mensajes en cadena virales", según una publicación del Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, por sus siglas en inglés), un centro con sede en Londres que investiga la desinformación y el extremismo en línea. Incluso si se elimina un vídeo, a menudo sobrevive el audio original en el trabajo de los usuarios que ya lo tomaron prestado para su propio contenido.
Esta misma semana, el periódico estadounidense "The New York Times" se hacía eco de una de estas denuncias de los expertos: TikTok es una tierra especialmente fértil para la pseudociencia
Y aunque supuestamente TikTok tiene una política de que los contenidos de este tipo tienen que estar debidamente señalados, especialmente los que tienen relación con la Covid-19, otro estudio de ISD, realizado sobre más de 6.000 vídeos relacionados con las vacunas encontró, que el 58% carecía de las advertencias adecuadas. Además, los creadores de pseudociencia han aprovechado la velocidad inherente a las plataformas de las redes sociales con sus propias tácticas.
Precisamente por este motivo, los expertos del área piden que se replanteen los principios de la plataforma, llegando incluso a pedir su cierre definitivo.
Espía de China
Otro problema que amenaza a TikTok es la acusación de que es una herramienta de espionaje chino. Tal y como publicó la semana pasada "La Vanguardia", un comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, Brendan Carr, solicitó de manera formal a Apple y a Google que retiraran la aplicación de sus tiendas de apps, porque podía suponer una amenaza, ya que no "no es lo que parece a simple vista": "Funciona como una sofisticada herramienta de vigilancia que recoge grandes cantidades de datos personales y sensibles", añadía en su petición, en base a diferentes investigaciones.
Según su denuncia, TikTok forma parte de una empresa con sede en Pekín, ByteDance, que está obligada por ley a informar a la República Comunista China. En el escrito de Carr explica que según los investigadores, TikTok, a través de su aplicación en la App Store de Apple, estaba accediendo a los datos más sensibles de los usuarios, incluyendo contraseñas, direcciones de carteras de criptomonedas y mensajes personales".
"Funciona como una sofisticada herramienta de vigilancia que recoge grandes cantidades de datos personales y sensibles"
Ahora, incluso varias instituciones federales de Estados Unidos de seguridad, como la Marina, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Guardia Costera y el Cuerpo de Marines han instado a sus funcionarios a eliminar la app de TikTok de sus teléfonos personales.
TikTok, una fuente de adicción
La otra gran crítica que pone en jaque a TikTok, extrapolable a otras redes sociales, es que es una fuente de adicciones, especialmente entre los más jóvenes. Además, en este formato de vídeos tan cortos se añade un problema más del que ya alertan los expertos: la reducción de la capacidad de atención.
La psicóloga Laura García explica a Vozpópuli que entre los problemas más habituales generados por las redes sociales, destacan "la dependencia emocional, la sensación de vacío ante la falta de interacciones, el aislamiento, la pérdida del disfrute o la baja autoestima" en los casos más leves, aunque en ocasiones las consecuencias pueden ser peores, como los citados intentos de suicidio.
Por otro lado, el origen de que las redes sociales en ocasiones se conviertan en una adicción, como son el tabaco, el alcohol o las drogas, radica en un neurotransmisor que tenemos en nuestro cerebro: la dopamina, que cuando se segrega produce una sensación de placer y bienestar. El ser humano, buscador nato de felicidad, necesita constantemente realizar actividades que produzcan esta sensación. Una de las actividades que producen una gran cantidad de dopamina en un período corto de tiempo es precisamente la aprobación en redes sociales.
En principio, el uso moderado de redes sociales no supone ninguna adicción. "El problema viene cuando se produce un desajuste en nuestro cerebro de dicho neurotransmisor. Con las redes sociales nuestro cerebro está hiperestimulado, algo que provoca mucha dopamina". Nuestro cerebro, poco a poco, se va acostumbrando cada vez más a tener niveles altos del neurotransmisor, y para alcanzar una sensación placentera, se necesita un grado elevado de dopamina. Si esto ocurre con frecuencia, se corre el riesgo de hacerse adicto a aquello que nos la produce. Por ello, los jóvenes que no son conscientes de la importancia de las "desconexiones tecnológicas", buscan el placer en un like o en la respuesta a una historia.
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