El 84% por ciento de quienes se sientan a jugar a los videojuegos son hombres. Una industria que está llamando a voces a las puertas de patrocinadores, canales de televisión y fondos inversores, pero no a las de las mujeres. O sí, pero son las mujeres las que no quieren formar parte de ella.
En nuestro país los eSports ya son tan vistos como el tenis, y los tres grandes operadores, Movistar, Vodafone y Orange, billetera por delante, ya cuentan con equipos, canales de televisión y hasta el patrocinio de ligas de videojuegos. Movistar posee el equipo Riders, Vodafone el combinado G2 y Orange es el patrocinador de la LVP (Liga de Videojuegos Profesional) en España.
Los eSports se televisan como un partido de fútbol, con periodistas especializados -o ex jugadores reconvertidos- que explican cada jugada durante y tras el fin de las partidas. A algunos jugadores profesionales de videojuegos españoles les da para vivir de ello de forma modesta. A otros como millonarios -sobre todo en Corea, máximo exponente de este deporte-. Sí, han leído bien, es considerado un deporte aunque se juegue sentado. No se rasguen las vestiduras, el ajedrez también es un deporte. Y además de genios.
Todo suena muy bonito pero faltan las chicas. Podría pensarse que es un deporte que culturalmente ha cerrado las puertas al público femenino, pero no parece ser el caso. Es una disciplina de muy reciente creación, no está tan sometida al machismo de otros deportes con más años de historia.
Los eSports son considerados un deporte como el rugby o el baloncesto
"Es muy difícil encontrar una mujer que pueda competir al nivel de un hombre. Muy difícil, por no decir imposible. El caso es que nos encantaría encontrar chicas que tuviesen nivel porque piensan de una forma diferente al hombre y ayudarían mucho en la estrategia de mi equipo en las partidas. Los eSports no marcan ninguna regla en cuanto al sexo de los participantes, pero la realidad es que no hay chicas para competir a alto nivel. Me resulta prácticamente imposible encontrarlas cuando ojeo. Ahora mismo, en una partida de alto nivel que enfrentara a chicos contra chicas, ellos ganarían en un 70% de los casos. Entre los doscientos mejores jugadores de élite que hay en España no hay más de diez mujeres", reconoce a este medio un ojeador trabaja para uno de los mayores equipos de eSports del país.
Según nuestro confidente, hay chicas que prefieren competir sólo con chicas. "Es un sector considerado por muchos de 'frikies' y gente extraña. Muchas mujeres tienen miedo a que, por el hecho de ser mujeres y además 'frikies', sean vistas de otra manera. Y es por ello que muchas prefieran por ello jugar partidas organizadas solo para chicas".
Un jugador de eSports está sometido a mayor preparación que un futbolista
La profesionalización que vive el mundo de los eSports en España es parte de este 'problema', que ha puesto sobre la mesa la escasa participación femenina. En los grandes equipos, como Baskonia, Valencia, G2 o Riders, no encontramos ninguna chica.
Y es que los jugadores de eSports viven en 'Gaming Houses', casas de entrenamiento, en las que perfeccionan la estrategia, entrenan su cuerpo -es muy importante para un gamer profesional estar en forma- y conviven los siete días de la semana durante las temporadas en las que hay competiciones. Para hacernos una idea, tienen mayor preparación, incluso, que un futbolista.
Todo el mundo es libre de competir cómo, dónde y con quien quiera y creo que las chicas son libres de decidir jugar en equipos totalmente femeninos y en ligas femeninas. Si existen, es por algún motivo", asegura la ex jugadora profesional de videojuegos, aNouC
Esta profesionalización lleva implícita la necesidad de ganar, así que una parte del mundo de los videojuegos ya no es solo un divertimento, que también, sino un negocio. Y es en este momento cuando la industria ha quedado al desnudo. En este negocio, una vez más, mandan los hombres. Pero hay mujeres dentro del sector que aseguran que los eSports son completamente inclusivos con ellas.
Ha habido jugadoras de videojuegos que han abandonado su carrera profesional por acoso
¿De quién es la culpa? De todos y de ninguno, aunque suene a tópico. Es algo más enquistado, más sociológico. "Muchas chicas se han sentido extrañas por decir que les gustan los videojuegos. Es algo más cultural, más arraigado a una sociedad que arrastra desde hace años un trato diferente a la mujer", apunta nuestro ojeador anónimo, que prefiere no dar su nombre por miedo a que, esa misma sociedad, le castigue por decir lo que sucede.
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