Tecnología

Samsung Galaxy S5: el nuevo rey de la galaxia siembra tantas luces como sombras

Misma fisonomía que el S4 y plasticoso hasta decir basta, pero con lector de huella digital, pulsómetro y resistente a las salpicaduras. Así es la nueva generación del móvil, quién sabe si favorito, pero que al menos usan muchos, pero muchos, millones de personas en todo el mundo.


Samsung lanza el nuevo modelo de su buque insignia en el apartado de teléfonos: Galaxy S5. Esta vez, para ponerlo de largo ha elegido el marco del Mobile World Congress (MWC), la madre de todas las ferias de móviles, que a medida que cumple ediciones, lo que menos presenta son móviles y sí gadgets de otro tipo.

El lanzamiento de cada nuevo Galaxy S no genera tanta expectación como la de un nuevo iPhone, ni crea colas pernoctadoras a la puerta de los establecimientos que anuncian su venta inminente; pero ambos terminales copan la lista de deseos de los que quieren en su mano lo más avanzado en el concepto smartphone. ¿Sony, LG, Nokia…? Por mucho que intentan atraer la atención con propuestas impactantes, de momento no logran estar a su altura.

Los ingenieros de Samsung, por un lado, y sus mandamases, por otro, han tenido a bien que su S5 siga una línea continuista en muchos aspectos. Comenzando por su construcción, desde un metro de distancia pocos van a poder identificar ni tres diferencias respecto al S4. El plástico (y eso que es un terminal, en teoría, premium, y en la práctica, carísimo) campa a sus anchas, incluso en el perfil que simula metal. Como el S4. Su dorso adopta un acabado que intenta imitar al cuero (pero no, es plástico) ya visto en el hermano grandote (y extraordinario) Note 3.

Su pantalla ha crecido una pizca hasta las 5,1 pulgadas (son 5 en el S4) y sigue mostrando una calidad fantástica, pero sigue siendo Full HD. Se esperaba un salto cualitativo en este sentido. Es posible que Samsung lo reserve para su próximo Note.

La cámara, de 16 megapíxeles, es ahora mucho más rápida enfocando y cuenta con ciertos detalles propios de cámaras dedicadas de alto rango. Graba vídeos en resolución 4K.

Incluye un sensor de huellas dactilares en el botón de inicio. A diferencia del iPhone 5S, que sólo precisa posar la yema, en el caso del S5 hay que deslizarla. Además de para identificación, también sirve para restringir determinadas funciones del móvil, así como para validar pagos.

La inclusión de un pulsómetro es otra de sus novedades, porque Samsung declara abiertamente la propensión del nuevo terminal al mundo del fitness. De hecho, te invita a salir a correr con él (dispone de podómetro) o a machacarte con la mancuerna, porque también resiste la lluvia, el sudor y salpicaduras en general. Se puede sumergir hasta 1 metro durante 30 minutos; tras ese tiempo o a más profundidad, por lo visto fallece.

Otros detalles reseñables es que es compatible con 4G e incluye WiFi de última generación (llamada AC). Su batería es de 2.800 mAh (se nos antoja corta), con la curiosidad de que si le queda un 10% de carga, adopta el modo stand-by, su pantalla se torna a escala de grises y puede permanecer así durante 24 horas. Su procesador es un quad core a 2,5 GHz.

A pesar de que Samsung sigue investigando en un sistema operativo propio, y también tunea el Android cuando le apetece, el S5 ‘corre’ bajo un Android puro. Quizá tenga la culpa un reciente pacto con Google para que este terminal siga siendo el embajador principal y más mimado por el robotito (aunque siempre en un escalón inferior al Nexus, criatura móvil de Google; quien manda, manda).

Entre la prensa especializada, el S5 ha generado un sentimiento enfrentado: están los que nos hemos sorprendido por su virtud fundamentalmente continuista porque sabemos que Samsung tiene y puede mucho más (más resolución de pantalla, un diseño no tan soso, más RAM, ocho núcleos…), si bien alabamos su evidente magnífico funcionamiento general; y los que sus compromisos comerciales, estómagos agradecidos o viajes con cargo a la coreana les ‘obligan’ a lanzar fuegos artificiales de azul corporativo. Bienvenidos al panorama tecno-periodístico actual.

¿Que si esta política más bien prudente por parte de Samsung puede retraer tanto las ventas como el prestigio de su abanderado móvil? Ya lo hace Apple con su iPhone: los años pares lanza un terminal muy renovado; los impares, a ése le hace progresar en determinados detalles; y no le va nada mal. Lo cierto es que Samsung tiene muy bien cubiertos otros flancos con los que progresar: por arriba del S5, el Note y lo que está por llegar; pero sobre todo por debajo, donde sus terminales de gama media son, en cuanto a rendimiento/precio, es-pec-ta-cu-la-res.

¿Te parece una bobada que tachemos al S5 de continuista? ¿No te ha dejado ‘a medias’ estos detalles de las salpicaduras o el lector de huellas, como a nosotros? ¿Te gusta? Pues a por él, es garantía total, seguro que no te defrauda. Prepara 730 euros.

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