Nada menos que cien ingenieros tiene Apple trabajando desde hace bastantes meses en el nuevo proyecto estrella de la compañía: un reloj inteligente (smartwatch). Todo lo que leas por ahí del iWatch (suponemos que se llamará así, por analogía con iPhone, iPad, iMac…) es fruto, exclusivamente, de especulaciones y de mentes con ganas de imaginar; no se sabe nada al respecto de la nueva criatura de Apple. Bueno, sí, una cosa se da por segura: sólo será compatible con los gadgets y sistema operativo de la marca, iOS, por lo que si tienes un móvil o tablet basados en Android o Windows sólo te servirá para conocer la hora y que no te dé el sol en la muñeca.
Y es que la compatibilidad es el concepto-tótem en torno al cual debe girar, querido lector, tu vida tecnológica, permítenos el consejo. Piénsalo un momento y concluirás con que los gadgets compatibles entre sí facilitan sobremanera la vida cotidiana, mientras que los incompatibles la incomodan.
Por qué nos quedamos con el Pebble
Por eso, entre los smartwatches que se comercializan en la actualidad nos quedamos con el Pebble. Por funciones, versatilidad, prestaciones, precio y, sobre todo, compatibilidad. Fíjate en otras alternativas: el Samsung Gear exclusivamente funciona con los móviles de la marca, y no con todos, por lo que no sus más de 200 euros son para pensárselo; el Sony Smartwatch sólo es compatible con los móviles basados en Android (se supone que todos), pero no con iPhone; el I’m Watch apenas tiene autonomía. Espera, el Qualcomm Toq apunta muy muy bien, lástima sus 350 euros del ala.
El Pebble es fruto de un proyecto de financiación a través de Internet (vía Kickstarter), mediante el que 85.000 voluntarios pusieron su granito económico de arena para hacerlo realidad. ¿Qué hace el Pebble? A modo de resumen, te alerta de notificaciones de cualquier tipo que reciba tu móvil (llamadas, mensajes, emails, citas, variaciones en Facebook o Twitter, clima…), puedes activar el teléfono de forma remota y te informa de los pasos que das y distancia que recorres. Te transmite las mencionadas notificaciones mediante vibración, y puede despertarte con igual dinámica. Y sí, es compatible tanto con teléfonos iPhone como con cualquier Android. En el caso de móviles de Windows, necesitas una aplicación como intermediaria, pero sin problema.
Si esta descripción te ha dejado ni fu ni fa, el Pebble cuenta con una virtud importante: tiene a su disposición un variado y creciente catálogo de aplicaciones propias (Pebble appstore), por lo que su funcionalidad, su inteligencia, su modo de interactuar y de serte útil, va en aumento casi cada semana. Las tienes para fitness, deportivas, musicales, de productividad… más de 1.000.
Otro dato interesante, nada ridículo, es que muestra permanentemente la hora en su pantalla, cosa que no hacen otros. Hablando de su pantalla, se ve perfectamente aunque te encuentres bajo un sol de justicia, es bastante resistente a las ralladuras y se puede personalizar para que exponga los datos que quieras o necesites.
Además, es sumergible, su batería se mantiene hasta 7 días con una sola recarga, su pantalla se ilumina al girar la muñeca y también admite personalización física: su caja está disponible en diferentes colores y tiene muchas correas diferentes de la propia marca, pero dado que su ancho de correa es estándar de 22 milímetros, le puedes acoplar una de cocodrilo si te apetece.
El Pebble no es un reloj estrictamente nuevo, pero sí lo son sus versiones en acero (plateado o negro) lanzadas hace un mes, que le aportan cierto toque de prestigio (o poligonero, según los gustos). Tienes un Pebble desde 150 dólares y se compra en su sitio web.
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