No es retórico decir que esta tarde puede empezar el fin de la internet que conocemos. Uno de sus principales fundamentos puede acabar hoy, el día en que la Comisión Federal de Comunicaciones presenta en el Congreso su informe para terminar con las leyes de la neutralidad de la red, y dibujar un nuevo escenario donde operadores, gigantes tecnológicos, medios, proveedores de contenidos y usuarios tendrán que establecer nuevas relaciones con reglas de juego diferentes.
Ajit Pai, exabogado de Verizon que ha sido elegido por Donald Trump para dirigir la Comisión, quiere eliminar la normativa actual. Obama, con los Demócratas controlando la FCC, logró en 2015 aprobar las leyes de la neutralidad de la red y definió el acceso a la banda ancha como un servicio público, al igual que la electricidad y el teléfono.
Esto significa garantizar que todo el tráfico sea tratado por igual, y dar acceso a comunicaciones, información, cultura y oportunidades económicas para todos, al prohibir a los operadores bloquear o ralentizar el acceso a sitios web particulares. Operadores de banda ancha y telefonía como Comcast y AT&T se han opuesto a considerar internet un servicio público alegando que significa una intromisión del Estado y menos incentivos para mejorar el servicio.
La preocupación por la posibilidad de que operadores puedan bloquear el tráfico lleva varios años de batalla por parte de los usuarios de internet y asociaciones de consumidores, ya que esta práctica suele suponer abrir una puerta para la llamada internet de dos velocidades, en la que los participantes pequeños, medios o startups, se quedan fuera de las autopistas de pago, que estarán reservadas a los gigantes tecnológicos.
Ya hubo casos en los que los operadores han intentado o logrado intervenir en el tráfico de la red en su favor. Por ejemplo en 2007, la Associated Press reveló que Comcast estaba bloqueando o ralentizando el compartir archivos. AT&T bloqueó Skype y otros servicios para hacer llamadas por internet en el iPhone hasta 2009.
Saltarse la neutralidad también supondrá que cualquier operador del mundo pueda ofrecer paquetes con ofertas de zero-rating. Esta práctica, también conocida como tasa cero, significa que ciertos contenidos de internet se entregan al usuarios final a un costo considerablemente reducido o de forma gratuita, como la polémica oferta que Vodafone presentó hace unos meses. Vendida como algo beneficioso para el consumidor final, en realidad implica una discriminación hacia los medios o compañías más pequeñas proveedoras de contenidos en la red. Una oferta anterior similar de la misma operadora había sido denunciada por Xnet, que se encuentra esperando respuesta del Ministerio de Industria, Turismo y Agenda Digital.
La intención de la administración Trump de desarticular las leyes de la neutralidad de Obama se conocía desde marzo de este año, y en abril Pai ya había propuesto limitar el concepto amplio de la neutralidad de la red. Sin embargo ha sido hace unas semanas en la carrera hacia la votación en el Congreso cuando activistas y usuarios se han levantado en múltiples protestas contra el hombre de Trump en la FCC.
Los tres miembros republicanos de la FCC, incluyendo a Pai, han dicho que votarán por la propuesta para dejar sin efecto las leyes de la neutralidad, que prohíben a los proveedores de servicios de internet bloquear o cobrar más a los sitios web por un mejor acceso de sus usuarios. También dejaría sin efecto la consideración de internet como un servicio público. El voto de los tres ganaría al de los dos comisarios (demócratas) restantes.
En los últimos días, la FCC ha recibido una marea de 22 millones de comentarios de los ciudadanos a la propuesta, según el Registro Federal, el diario oficial del Gobierno. Según programas que han analizado el contenido, un 98% de los comentarios manifiestan su rechazo a la propuesta de Pai.
La masividad de envíos y el posible uso de tecnologías para duplicarlos (spambots) o incluso provocar envíos “fake” han hecho que un miembro de la FCC, miembros del Congreso y fiscales generales del Estado pidan que la votación se aplace hasta que los comentarios puedan ser analizados. Pai ha declarado que no pretende hacerlo.
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