P.Z. Estas son las siglas por las que quiere ser referido el protagonista de esta historia. Era el año 2009 y comenzaba hablarse de una moneda virtual, criptografiada y basada en blockchain, a la que se había bautizado como bitcoin.
P.Z. es un tipo al que le gusta la tecnología, vive en Europa del Este y por aquel entonces decidió invertir en esa nueva moneda de la que se empezaba a hablar en los círculos 'techies'.
El caso es que decidió, casi por curiosidad, invertir en bitcoins ocho euros. En el momento en el que iba a invertir, decidió echarse para atrás. Era una moneda demasiado volátil. Demasiado reciente. No le transmitía confianza.
Pero el caso es que pasados unos días se lió la manta a la cabeza, volvió a entrar en internet y compró 70 euros en moneda. En el momento de realizar la transacción recibió un código que, en el futuro, le permitiría recuperar la inversión.
Pasaron los años y los bitcoins comenzaron a tomarse más en serio, lo que provocó que más personas invirtieran dinero en la moneda, lo que comenzó a multiplicar su valor.
P.Z. no podía creérselo. Lo que en su día fueron 70 euros en bitcoins ahora se habían transformado en 175.000 euros. Con ese dinero podía pagar su hipoteca, comprar un coche y aún le sobraría dinero para vivir holgadamente una época.
Así que corrió a cobrar el dinero. Un momento -pensó-, voy a coger el código. Maldita sea -se dijo-, ¿dónde lo puse?
P.Z. Estuvo un tiempo devanándose la sesera, rebuscando entre cientos de recuerdos escondidos en su masa gris, pero nada. El código no apareció. Contactó con la página en la que había comprado sus bitcoins para ver si había posibilidad de cobrar el dinero pero fueron taxativos: sin clave no hay dinero.
Y es que esa es una de las máximas de la moneda. Sólo se identifica a través de un código, y sin ese código no hay dinero. No hay posibilidad de realizar transacción alguna con ella.
Lo peor es que los bitcoins se pueden en la pantalla del ordenador pero no se puede hacer ninguna transacción con ellos
"Cuando compras bitcoin se genera un fichero que es tu 'wallet', tu cartera, que es como tu cuenta bancaria, donde están tus bitcoins, con una clave para usarlos. Esta cartera o fichero puedes llevártelo a tu ordenador junto a la contraseña de los bitcoins, pero si pierdes cualquiera de las claves no podrás acceder al dinero. Otra opción es comprar moneda en casas de cambio tambien llamadas 'Exchanges', donde ellos gestionan tus bitcoins y claves a través de un usuario y contraseña, como en cualquier otro tipo de web. A cambio de ello, los bitcoins no están totalmente bajo el control del propietario. Si el 'Exchange' cierra o sufre un hackeo puedes tener problemas para recuperar tus bitcoins", asegura Raúl Marcos, experto en blockchain y bitcoin.
¿Por qué se han revalorizado tanto los bitcoins?
El bitcoin es un valor al alza últimamente, según los expertos, debido a la volatilidad que sufren o han sufrido algunas monedas de curso habitual en determinados países. Regiones como Venezuela, India o China están viendo cómo muchos de sus ciudadanos se vuelcan a invertir en bitcoin por este motivo. El bitcoin se está convirtiendo un valor refugio como, por ejemplo, lo es el oro en tiempos de crisis.
Ese es uno de los motivos de que de unos meses a esta parte haya incrementado su valor, si bien desde su creación no ha parado de crecer. El motivo es que, poco a poco, ha ido ganado confianza entre la gente y se la tiene en consideración, sobre todo debido a la seguridad que ofrece en las transacciones, ya que cualquiera puede ver la vida o historia de cada bitcoin: por qué manos ha pasado, qué se ha hecho con él...
Esta criptomoneda funciona como cualquier otra divisa al uso. A mayor demanda, mayor incremento de precios. Si todo el mundo quiere comprar algo, el precio de ese 'algo' incrementa su valor y, por tanto, cuesta más adquirirlo, hay que pagar más por él. Y eso es lo que ha pasado con los bitcoins.
No es el único caso
Hay más casos de personas que no han podido cobrar sus ganancias obtenidas por comprar bitcoins. Hablemos ahora de un afamado periodista del sector tecnológico español que corrió la misma (mala) suerte que nuestro protagonista inicial. También prefiere mantenerse en el anonimato. Pide que le llamemos Guti en este reportaje, por aquello de no dar su nombre real y ser motivo de hilaridad entre los colegas. En su caso invirtió 5 euros con el que adquirió un bitcoin. A día de hoy ese bitcoin podría haberle reportado casi 2.500 euros. Pero también perdió la clave. "Escondí el código tan bien que ahí sigue, escondido", reconoce Guti.
La moneda estaba muy baja de precio porque al principio era considerada una cosa de frikies", asegura Raúl Marcos, experto en blockchain y bitcoin
Otra compañera tanto de gremio como de periódico -escribe en Vozpópuli- adquirió una cantidad aproximada de 50 bitcoins cuando la moneda aún estaba prácticamente en el paritorio. Tampoco quiere dar su nombre real, y de nuevo por aquello de ser causa de hilaridad. De no haber perdido el código hoy tendría 125.000 euros más en su cuenta corriente. Asegura que la clave para recuperarlos estará dentro de uno de los pinchos USB que perdió durante una mudanza.
El bitcoin se está convirtiendo un valor refugio como, por ejemplo, lo es el oro en tiempos de crisis
Se calcula que cada año un 3% de los 21 millones de bitcoins que hay en circulación van a parar al limbo, es decir, quedan inutilizados porque sus dueños pierden las claves. Lo peor es que los bitcoins se pueden ver en la pantalla del ordenador pero no se puede hacer ninguna transacción con ellos. ¿Se imaginan estar muriéndose de hambre frente a un apetecible bocadillo de panceta al que no se le puede hincar el diente?
Pues eso.
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