El verano ya está aquí, y con él, las playas, el monte, los granizados, las cañitas y las vacaciones. Quienes no descansan son los amigos de lo ajeno. De hecho, esta es su temporada alta. Aprovechando la ausencia de los propietarios de las viviendas, se lanzan en tromba al robo de todo aquello que se les ponga por delante.
Pero antes de consumar el delito lo que hacen es detectar si hay o no personas en casa. Para ello, hasta hace bien poco, su modus operandi era fijarse en si había movimientos de ventanas, luces que se encendieran o apagasen, persianas subidas o bajadas...
Sin embargo, la digitalización ha cambiado este modelo por otro más sofisticado y menos intrusivo. Se trata de rastrear las redes inalámbricas (como WiFi o Bluetooth) para saber cuándo hay alguien en casa o no.
Tablets, ordenadores, domótica y consolas son dispositivos que se sirven de la red de casa y que mueven paquetes de información. Los ciberdelincuentes pueden saber, en remoto, con qué dispositivos cuenta cada hogar para afinar al máximo el robo y entrar en aquellas viviendas más suculentas en dispositivos cuando los propietarios se ausenten
Para ello, los ciberdelincuentes monitorizan las redes con un software específico y una antena. Comprueban los paquetes cifrados que se mueven entre los dispositivos del hogar.
Una vez localizado el hogar del que se quiere saber si hay o no personas en su interior, se acede a la WiFi del mismo. Los ciberatacantes analizan lo que sucede en la vivienda y, si se detecta que hay movimiento de paquetes de información, saben que hay alguien dentro. En función de la intensidad de la señal, saben lo cerca o lejos que se encuentra la casa, lo que permite determinar con mucha precisión la ubicación exacta de la misma.
Esto se debe a que, cuando entramos en nuestro hogar, el móvil se conecta a la red WiFi y comienza a transmitir información a través de ella: mensajes de WhatsApp, correos electrónicos, búsquedas en Google, etcétera.
Tablets, ordenadores, domótica y consolas son también dispositivos que se sirven de la red de casa y que mueven paquetes de información. De hecho, los ciberdelincuentes pueden saber, en remoto, con qué dispositivos cuenta cada hogar para afinar al máximo el robo y entrar en aquellas viviendas más suculentas en dispositivos cuando los propietarios se ausenten.
Una solución podría ser hacer un programa específico e instalarlo en una Rasperry para que parezca que hay conectado un ordenador o un móvil, y hacer que envíe paquetes de forma regular" Jaime Álvarez de Aldecoa, responsable de Red Team de la firma de ciberseguridad Aiuken
Cómo luchar contra los ladrones
Jaime Álvarez de Aldecoa, responsable de Red Team (los equipos que ponen a prueba la ciberseguridad de los sistemas de las empresas realizando ataques controlados) de la compañía de ciberseguridad española Aiuken asegura que "la solución es compleja". Se podría pensar que dejando la WiFi encendida y algunos dispositivos conectados podríamos engañar a los ciberdelincuentes, pero el caso es que pueden saber qué equipos en concreto están utilizando la red. Si, por ejemplo, lo que se conecta es una cámara de videovigilancia, es fácil suponer que en casa no hay nadie.
"Una solución podría ser desarrollar un programa específico e instalarlo en una Rasperry para que parezca que hay conectado un ordenador o un móvil, y hacer que envíe paquetes de forma regular", asegura Álvarez de Aldecoa.
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