En 2011, Google anunció el proyecto Chromebook. Sí, la empresa del buscador es el padrino-impulsor de la idea. Físicamente se materializa en ordenadores portátiles de idéntica fisonomía y con los mismos componentes que cualquiera de OS (Apple) o la legión que trabaja con Windows. Pero justo ahí reside una de las diferencias, en su sistema operativo: el corazón de los Chromebooks es Chrome OS que, a su vez, está basado en el navegador de internet Chrome, competencia directa de internet Explorer y Firefox.
La segunda diferencia fundamental es que los Chromebooks no precisan tener instalado un solo programa o aplicación para realizar las funciones propias de los demás ordenadores, porque para operar recurren a aplicaciones y servicios en la nube, es decir, servicios online. Por ejemplo, para escribir un texto, estos ordenadores se conectan a un programa remoto, que te responde con una pantalla de editor de textos en el Chromebook como si estuvieras usando un Word de toda la vida. Lo mismo sucede para hacer presentaciones, hojas de cálculo, gestionar el email, gestionar las redes sociales, jugar, etc.
Precio competitivo
Una de las características esenciales de los Chromebooks es su precio realmente competitivo, forma eufemística de decir que son muy baratos. Más adelante te daremos más detalles, pero te anticipamos que su precio medio es de unos 300 euros. La razón es que utilizan unos componentes técnicos muy humildes, porque no necesitan más. Valga el detalle de que pocos archivos podrás almacenar físicamente en un portátil Chrome, ya que sus memorias son mínimas; la virtud online de estos portátiles te “obliga” a que casi todos tus archivos estén también en la nube, para lo que cuentas, eso sí, con almacenes privados enormes. Ah, y tanto las aplicaciones online de las que se alimenta como ese “disco duro” personal virtual son gratuitos en un altísimo porcentaje de los casos.
Principales modelos
Efectivamente, como comprobarás a continuación, excepto en el detalle del dispositivo de almacenamiento físico, un Chromebook bien pueden pasar, técnicamente, por un portátil estándar. Aquí tienes un modelo-ejemplo:
Samsung Chromebook 2: Disponible en dos tamaños de pantalla (11,6 y 13,3 pulgadas, Full HD el segundo), con procesador Quad Core y 4 Gb de RAM en ambos casos. Su peso asciende a 1,2 y 1,4 kilogramos respectivamente. Su memoria es de 16 Gb y ofrecen una autonomía de 8 horas, sin echar en falta una sola prestación de conectividad (HDMI, USB, ranura para tarjeta SD, etc.). 300 y 360 euros aproximadamente.
Otras alternativas son el Acer C720 (Dual Core con opción de pantalla táctil, desde 170 euros), los HP Chromebook 11 / 14 (11,6 y 14 pulgadas respectivamente, conectividad 4G y sólo 17,6 milímetros de grosor y apenas 1 kilogramo de peso el primer modelo; desde 250 euros) o los Asus C200 / C300 (11,6 y 13,3 pulgadas, hasta 10 horas de autonomía; desde 230 euros).
Una opción especial es el Chromebook Pixel, un ultrafino de 16,2 milímetros, fabricado en aluminio, con pantalla táctil de 12,85 pulgadas y, ojo, 2.560 x 1.700 de resolución, procesador Intel i5 y conectividad 4G. En su definición ha participado directamente Google con el fin de poner en el mercado un portátil de gama alta basado en el concepto Chrome. Sus 1.100 euros de punto de partida van en consonancia.
Total movilidad, pero necesidad de conexión a internet
Los Chromebooks son portátiles que apuestan por la movilidad en el sentido más amplio de la palabra, sin ataduras de ningún tipo. Esa es, a la vez, su virtud y su vicio, porque en ellos no puedes instalar un programa tipo Photoshop o el propio Word, Excel, etc. a los que estás acostumbrado, sino que los tienes que sustituir por los que Google te propone en la nube. En este sentido, están matrimoniados con el WiFi o conexión de datos 3G/4G, porque sólo funcionan de manera plena con dicha conectividad. A su vez, tampoco sirven para editar vídeos o jugar a videojuegos con ciertos requisitos. Además, la multitarea no funciona demasiado bien.
Los Chromebooks son lo que son, portátiles baratos (en la mayoría de los casos) que pueden servir perfectamente a un determinado grupo de población que sólo utilizan su ordenador para labores ofimáticas, de navegación y ocio. Plantéate si es éste el uso que le das a tu portátil.
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