Arranca otra edición del Mobile World Congress y con ella, como de costumbre, el discurso de apertura del presidente de Telefónica, un puesto que ocupa en este momento José María Álvarez-Pallete.
Este año el clima en los aledaños del Mobile está dominado por las protestas de los grupos independentistas, que han incrementado su presión en la calle con el inicio del juicio al procés, y aprovechan el escaparate de la feria -es el evento tecnológico más importante de Europa- para dar más visibilidad a sus proclamas.
El asunto no ha sido eludido por Álvarez-Pallete, y se ha visto obligado, por segundo año, a defender en su discurso la idoneidad de la ciudad de Barcelona para alojar una feria internacional como ésta, en un contexto de dudas por parte de los organizadores -la patronal tecnológica global GSMA- ante el impacto negativo que puede causar el órdago separatista.
El líder empresarial ha subrayado que Barcelona es un centro mundial de tecnología e innovación y la ciudad mejor preparada para afrontar el futuro tecnológico, y ha asegurado que "Telefónica está firmemente comprometida a convertirla en un centro europeo en el campo de la tecnología de quinta generación". "Este es el comienzo de una nueva era impulsada por la conectividad inteligente. Hagámosla realidad", ha indicado Álvarez-Pallete cuando ha dado por concluida su presentación.
Un marco regulatorio justo
Por otro lado, el presidente de Telefónica ha pedido a la Comisión Europea y a los diputados del Parlamento comunitario que se fijen como una prioridad establecer "un marco regulatorio justo para todos".
Álvarez-Pallete ha defendido que el sector de las telecomunicaciones es el más deflacionario de Europa y ha reclamado a los estados miembros de la Unión Europea que distribuyan el espectro de manera más racional y a más largo plazo.
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