Para rodar una película intervienen todo tipo de profesionales: productores, directores de fotografía, equipo de maquillaje y atrezo, actores y actores de doblaje. Aunque parezca imposible, estos últimos se están viendo perjudicados por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), que pone en jaque al gremio y amenaza con sustituir su labor. Nuevas herramientas permiten a esta tecnología aprender sobre entonación, acentos e incluso emociones, detalles que cada vez se pulen más y ponen en peligro el trabajo de 10.000 personas en España, cifra aproximada de la cantidad de actores de doblaje que trabajan en el país.
A pesar de que actualmente la inteligencia artificial esté en boca de todos y parezca un nuevo descubrimiento, lo cierto es que ya han pasado más de 65 años desde su nacimiento. John McCarthy, el estadounidense que fue carpintero, pescador, inventor y activista sindical, se licenciaba y doctoraba en Matemáticas años antes de introducir el término que hoy está en boca de todos. Ahora, el desarrollo de esta tecnología crea nuevos oficios y puestos de trabajo, pero también pone en peligro muchas otras disciplinas.
Desarrollo de la inteligencia artificial
En esencia, la inteligencia artificial permite a los distintos dispositivos -desde ordenadores y móviles hasta robots y vehículos- desarrollar funciones de lo más avanzadas. Hace unos años, que un pequeño altavoz respondiera a la llamada de 'Alexa' o 'Siri' parecía una auténtica locura, y más que en apenas segundos fuera capaz de responder casi a cualquier comentario o pregunta que se le formulara. Ahora, este invento ya está más que normalizado, al igual que aplicaciones diseñadas para conversar.
Los 'chatbots' o páginas web como Chat GPT o Gemini han ganado protagonismo y presencia. Capaces de reordenar textos, resolver preguntas, hacer búsquedas complejas en apenas unos segundos, ponen en jaque a trabajadores del sector de la administración, secretaría y gestión. El portal tan solo necesita unos segundos para elaborar toda una noticia, algo que también preocupa al gremio periodístico. Mientras, la IA también afecta a ilustradores y diseñadores, que ven como cada vez más herramientas son capaces de generar imágenes realistas y dibujos de lo más precisos tras darles unas pequeñas indicaciones.
La inteligencia artificial da el salto al doblaje
Enrique Puertas, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Europea de Madrid, habla en el documental Voces y Algoritmos. El docente explica cómo es el proceso de doblaje mediante esta tecnología. Tras obtener la película en su idioma original, el primer paso es transcribir el diálogo y convertirlo en texto. Lo siguiente es traducirlo al idioma deseado, tras lo que este mismo se convierte de nuevo en audio. Todo ello se hace utilizando inteligencia artificial, y el resultado resulta "convincente, casi al nivel de un doblaje profesional".
Lorenzo Beteta, actor y director de doblaje y director de la Escuela de Doblaje de Madrid, pone en valor la importancia de adaptar la forma de transmitir a cada país y cultura. "Mucha gente cree que nosotros lo que hacemos es imitar el audio original", señala el profesional. "No, lo que hacemos es entender por qué dicen lo que dicen, en el contexto en que lo dicen, y trasladarlo a como lo decimos nosotros. Trasladar la cultura, la forma de decir y la forma de comunicarnos", aclara Beteta.
Falta de regulación para defender sus derechos
"El principal problema es que la regulación necesaria para poder defender nuestros derechos no está desarrollada todavía", denuncia Raúl Lara, actor de doblaje y presidente de ADOMA -sindicato de artistas de doblaje de Madrid- en Voces y Algoritmos. Según explica el intérprete, el reglamento europeo de inteligencia artificial es muy general, pero sí incluye una norma fundamental: el usuario debe saber que ese contenido ha sido generado por IA, algo que no siempre se cumple y puede llevar a malentendidos y confusiones.
Los usuarios de estas herramientas ven como, en menos tiempo y de forma más económica, pueden obtener resultados muy parecidos a los de un doblador profesional. Directores independientes aseguran ser capaces de doblar sus largometrajes por poco más de 150 euros. Rask AI es uno de los instrumentos utilizados en estos casos, es capaz de traducir automáticamente un vídeo a más de 130 idiomas, clonar una voz específica, e incluso sincronizar el audio con los movimientos labiales para dar un resultado natural y realista. En este contexto, los actores alzan la voz y defienden su oficio ante el peligro de perder su trabajo. Tras comprobar como en algunos estudios se grababan emociones para servir a la IA como referencia y poder interpretarlas, muchos de ellos descubrieron que la tecnología ha desarrollado modelos capaces de descomponer sus grabaciones y crear simulaciones convincentes, y lo que es peor, sin el consentimiento de los intérpretes.
Está claro que la IA ha llegado para quedarse, y que matemáticos y todo tipo de profesionales trabajan día a día para perfeccionarla y hacerla llegar más allá. La regulación de estas nuevas tecnologías es necesaria para la tranquilidad de todos estos profesionales, al igual que está ocurriendo en muchos otros campos, como las redes sociales y los 'influencers'. Para ello solo queda esperar y alzar la voz, algo en lo que actores e intérpretes ya trabajan desde hace varios años.
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