Es la noticia a la que apuntan todos los focos durante las últimas horas. La exclusiva la daba durante la noche del pasado domingo, Reuters: Google rompe con Huawei. Un duro golpe para la compañía asiática que pone en jaque la mitad de su negocio. En cifras: se juega 45.175 millones de euros.
Explicado de un modo sencillo, las primeras consecuencias de este veto es que los teléfonos móviles de la marca se quedarán sin actualizaciones del sistema operativo Android. Los nuevos terminales que se fabriquen a partir de ahora, no tendrán acceso a la tienda de aplicaciones, Play Store, y no contarán con Gmail o Youtube, según explica Reuters.
El asunto, pues, no es baladí. Cuando hablamos de Huawei, nos referimos a la firma que más teléfonos vende, solo por detrás de Samsung. A mediados del año pasado, dio el sorpasso a la todopoderosa Apple.
Y es que esto supone un nuevo capítulo, quizás el de mayor trascendencia, en la escalada de tensión que desde hace meses se vive entre el propio Huawei y Estados Unidos.
Capítulo I: las acusaciones de EEUU a Huawei
Junto a las presiones de Donald Trump, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió, hace meses, una acusación a Huawei. Sostenía que la compañía de Shenzhen utiliza sus dispositivos para espiar para el régimen chino, además de proporcionar servicios financieros prohibidos a Irán. Una idea con la que el presidente norteamericano lleva en la cabeza desde 2018.
Recordemos, en este sentido, que a finales del pasado año, las fuerzas de seguridad de Canadá detuvieron -por orden de EEUU- a la directora financiera de la empresa de telecomunicaciones Huawei, Meng Wanzhou, por violar presuntamente las sanciones impuestas contra Irán.
Por lo pronto, no hay pruebas concluyentes al respecto de estas acusaciones, pero Estados Unidos sostiene que tiene una base razonable para concluir que la firma asiática "está involucrada en actividades que son contrarias a la seguridad nacional de Estados Unidos o al interés de la política exterior".
Capítulo II: lista negra y veto al 5G
Tras las múltiples acusaciones, llegó el primer veto por parte de la administración de Donald Trump hace apenas unos días: no habrá 5G en Estados Unidos al menos con equipamiento de Huawei.
La firma china entraba así en la lista negra de comercio para Estados Unidos. Algo que supondría para Huawei un verdadero quebradero de cabeza el hecho de comprar piezas y componentes de las compañías estadounidenses.
El veto al 5G sí que supone un retraso tecnológico para Estados Unidos. Y es que la firma asiática es el único fabricante con una solución completa para probar toda la red: antenas, envío de señal, teléfonos móviles y routers para el hogar. Lleva diez años invirtiendo en 5G. El mercado reconoce de manera unánime su liderazgo.
En la actualidad ha firmado 40 contratos comerciales 5G con operadores de todo el mundo y ha desplegado para ellos 70.000 antenas 5G.
Capítulo III: Google rompe con Huawei, ¿y ahora qué?
El jaque definitivo ha sido el veto de Google a Huawei con el que, como comentábamos, hemos amanecido este lunes. La compañía norteamericana no actualizará las futuras versiones del sistema operativo en los teléfonos móviles de la firma china.
En términos económicos: el negocio de la venta de terminales es la mitad de la facturación de Huawei. En total, durante 2018 comercializó 200 millones de terminales en todo el orbe.
A nivel usuario, supondrá un problema a medio-largo plazo, ya que el hecho de no poder actualizar el sistema operativo Android provocará una ralentización del teléfono móvil, así como una seguridad más débil.
La empresa asiática podrá tener acceso al sistema operativo de Google, ya que es está basado en código abierto -lo puede utilizar cualquiera marca para adaptarlo a sus dispositivos-.
No poder acceder al mercado de aplicaciones de Google restará muchas posibilidades a los dispositivos de la enseña de Shenzhen, toda vez que son las apps las que dan sentido a los teléfonos móviles en la actualidad, más allá de los servicios de voz.
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