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Las marcas de telefonía móvil se han lanzado en los últimos años a una frenética carrera por desarrollar nuevos dispositivos a precios muy contenidos que les permitan competir con garantías en el mercado de la gama media, pero esto ha llevado a que los smartphones con características limitadas y diseño más que mejorable invadan el mercado. ¿Es posible solucionarlo? Eso mismo es lo que cree John Sculley, que fue CEO de Apple entre 1983 y 1993 y antes lo había sido de Pepsico. Junto a un equipo basado en Silicon Valley, ha creado un dispositivo con prestaciones avanzadas por menos de 200 euros. ¿El objetivo? Mejorar la calidad de los smartphones presentes en el mercado… y de paso, enseñarle los dientes a su antigua empresa, que comercializa desde hace años el exitoso iPhone.
Sculley se encuentra tras el reciente lanzamiento de Obi Worldphone, firma bajo la cual se distribuyen dos dispositivos, el más avanzado SF1 y otro más sencillo, el SJ1.5, ambos con sistema operativo Android. El primero cuenta con una pantalla de 5 pulgadas (con resolución de 1920x1080), cámara Sony de 13 MP, sonido Dolby Surround y procesador de ocho núcleos Qualcomm 615, todo ello en el interior de una elegante carcasa ‘unibody’ (esto es, hecha de una sola pieza, sin ensamblajes). El dispositivo se venderá a 199 dólares estadounidenses (unos 180 euros) con almacenamiento de 16GB, o 249 dólares para una capacidad de 32GB.
Con sus carcasas de colores, el SJ1.5 recuerda en su aspecto exterior al iPhone 5c y es que, al igual que este, está pensado con un aire joven y moderno. Su pantalla de 5 pulgadas tiene una resolución de 1280 x 720 píxeles y la cámara posterior es de 8MP (la frontal es de 5MP). Mide 146x73x7,95mm y cuenta con doble ranura para SIM, lo que lo convierte en un dispositivo práctico para los que tienen que compaginar el teléfono del trabajo con el personal. Tiene 16GB de almacenamiento interno y ranura para tarjeta MicroSD.
El objetivo de la compañía es converir los Obi Worldphone en los dispositivos de referencia en las potencias emergentes, tratando de competir con empresas como Huawei pero aportando un toque de diseño y elegancia nacido del espíritu Apple de Sculley. “Ya hemos dicho que queremos ser una compañía guiada por el diseño, pero en mercados completamente diferentes a aquellos en los que Apple se introduciría”, asegura el empresario en declaraciones recogidas por la revista Time. Queda por ver si lo conseguirá.
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