Por una parte a Cook se le acusa siempre de no ser nada creativo y de que la compañía, que ha tenido un crecimiento espectacular los 5 últimos años, comete más errores que aciertos (el fiasco de los mapas, que terminó con el despido de su creador; los bugs y las críticas al iOS 7...), aunque Cook sepa reconocer errores. Por otra parte, de Ballmer siempre se ha dicho que es un puro gestor y que la compañía de Gates no sorprende con nada nuevo desde hace... ¿una década?
Apple en los últimos 5 años ha multiplicado por 6 sus ingresos, por 12 sus beneficios, por 3 su plantilla y su cotización en bolsa por acción ganó más de 500 dólares. Pero... ¿dónde están las nuevas creaciones que sorprenden al mercado, que marcan claras tendencias tecnológicas y
que todo el mundo se dedica a copiar después? Ha habido rumores de TV, de relojes y el último y más sorprendente de iGlasses. Rumores, rumores...
Los más agoreros afirman que Cook y Ballmer son el mismo hombre aunque en equipos rivales. Que ambos carecen de la genialidad innovadora de Steve Jobs... Y eso que ambos invierten sus buenos millones de euros en I+D, curiosamente 7.500 Microsoft frente a los 3.000 de Apple.
Pérdidas del 5%
Ahora en las reuniones de Apple ya no se grita. Si algo no le gusta al metódico Cook, él solo dice algo así como “mmmm, no es lo suficientemente bueno” y remata al creativo con ese golpe mortal. No sabemos si los trabajadores de Apple echan de menos las reuniones bimensuales en las que Jobs ponía a prueba el sotfware del último iPhone... Lo que sí sabemos es que este año Apple lleva acumuladas unas pérdidas del 5% en sus acciones.
Tim no quiere esconder nada a los accionistas: «Tomamos la decisión de contar lo bueno y lo malo, y esperamos que haciéndolo, presionemos para que todo el mundo lo haga». También para demostrarles su buena fe, ha accedido a compartir gran parte de los 150.000 millones de
dólares (112.426 millones de euros) de efectivo en reservas con sus accionistas, y ha vinculado más todavía su propia retribución a la evolución de la acción.
Ballmer, sin embargo, es genial en su huida. Sólo hace caja. Desde que lo anunció, las acciones de Microsoft subieron como la espuma y a su jefe, Gates, le hizo ganar en un solo día más de 500 millones de dólares. ¡Cuánto le querían los accionistas! ¡Qué buenos apoyos! Él también se llevó lo suyo: más de 400 millones de euros... ¡Y sólo por decir que desaparecería! (No sufráis por él, su fortuna personal se estima en unos 8.000 millones de euros).
La década perdida
Los dos son buenos gestores, pero su sector requiere algo más. A Apple le muerden los talones Samsung y Google con las tablets y sus dos joyas, smartphones y ordenadores, están frenando sus ventas. Y el caso de Microsoft.... tiene el mismo valor que hace 13 años... Cuando Ballmer aterrizó en la empresa. ¡Ay, la década perdida cuántas alegrías le ha dado a sus rivales... Ha perdido el pulso a los smartphones, a Internet (su Internet Explorer parace del pleistoceno), a los mp3, a las redes sociales, a las tablets... ¿qué te queda, Gates? Por lo visto un sistema de trabajo ejemplar en la gestión, en la organización y en minar la moral de tus trabajadores: el 10% de los miembros de un equipo que obtienen peores calificaciones son despedidos cada año.
Quizá tener a dos gestores al mando de compañías tecnológicas que requieren de constante innovación no sea, al final, muy buena idea. Es cierto que por ahora, los accionistas de Apple sólo quieren más dinero, pero pasa como en política: ante los gritos de “queremos gestores,
queremos gestores” cabe cuestionarse ‘sí, claro, pero ¿para gestionar qué? Y lo que es peor: ¿ahora qué ordenador me compro yo?’
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