Como aficionado a los juegos de video desde hace bastante tiempo, vengo observando que el perfil de jugador ha cambiado bastante en los últimos tiempos agravado por la crisis y el incremento del tiempo que pasa la gente en casa sin mucho en que emplearlo, ya que se trata de un hobby muy barato, puede conseguir un juego por 40 o 50 euros -cuando no mucho menos- y utilizarlo durante cientos de horas.
Hasta hace bien poco, cuando nos referíamos a videojuegos lo asociábamos al chavalillo que juntaba unos euros (pesetillas en mi caso), para gastar en un hobby como otro cualquiera. Uno que los padres, al ser algo tan novedoso, no controlaban a la perfección, en el aspecto de los contenidos que estos juegos ofrecían y ofrecen a la muchachada. Pero ahora se puede observar que muchas personas que en su momento lo veían como cosa de críos han empezado a verlo no solo como una distracción para chavales, sino para ellos mismos. Esto es así gracias a que las temáticas han evolucionado mucho y las acciones del jugador ya no se limitan a dar saltos de una plataforma a otra, dejando paso a estrategias individuales o conjuntas, gracias a la expansión de internet.
Las plataformas también han aportado a este cambio de perfil del jugón. Ya no es necesario utilizar sistemas creados única y expresamente para jugar: hoy en día tenemos al alcance de la mano plataformas 'multitarea' que no solo te permiten trabajar, sino que además dan la opción de jugar en cualquier tiempo muerto de esos que todos tenemos, bien sea en el transporte público o entre reuniones (las malas lenguas dicen que en las reuniones también).
No hace mucho, jugando con unos amigos por internet a un juego concreto, contactó con uno de nosotros alguien que determinó que éramos buenos jugando y nos ofreció unirnos a un grupo/clan que estaba en otro nivel y jugaba más en serio. Cuál fue nuestra sorpresa cuando al organizar la estrategia de la partida en cuestión, y hablar todos juntos cinco minutos antes empezar, de unos 15 que estábamos conectados para jugar, el 40% de la gente pasaba de los 50 años.
Una vez en el juego todo el mundo es igual, puede haber jugado más o menos, puede ser un quejica más o menos, pero no deja de ser como cuando ibas a jugar al futbol de pequeño y estaba el típico listo que siempre quiere ser delantero y no quiere saber nada de ponerse en la portería. Lo que sí se notaba con respecto a jugar sólo con chavales es que la gente se lo toma como un hobby: aquí no hay el afán de ganar por ganar, se trata de un simple entretenimiento y se razonan las cosas más detenidamente.
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