¿Se echa a llorar un historiador cada vez que se rueda una película sobre un hecho real? Aún en la cartelera, el último filme del británico Cristopher Nolan (director de Origen, Interestellar o El Caballero oscuro) retrata la Segunda Guerra Mundial a través de uno de sus episodios más fascinantes: la evacuación de la ciudad francesa de Dunkerque. Si bien la historia real ya sobrepasa los límites de la ficción, la particular visión de Nolan ha desatado la ira de algunos historiadores y críticos -sobre todo franceses- al considerar que comete numerosos errores históricos para ampararse en el manido Basado en hechos reales, subtítulo magnético para muchos espectadores.
El 26 de mayo de 1940, cuando faltaba media hora para la medianoche, el primer ministro británico, Winston Churchill, da luz verde a la Operación Dinamo desde el castillo de Dover (Kent, Inglaterra). Esta consistía en rescatar a los soldados de la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF, por sus siglas en inglés) y a todos aquellos combatientes aliados -franceses y belgas- del avance nazi. La ciudad portuaria de Dunkerque, en el norte galo y a tan solo 10 kilómetros de la frontera con Bélgica, fue el lugar escogido para llevar a cabo este ambicioso plan de salvamento.
Retirada victoriosa
John Gort, británico y comandante en jefe de la BEF fue el encargado de dirigir con éxito la operación de evacuación de las tropas aliadas, que terminó con el rescate de más de 300.000 soldados, unos 200.000 de nacionalidad inglesa y otros 100.000 belgas y franceses. Los soldados fueron embarcados desde las playas de Dunkerque hacia la costa inglesa, en miles de embarcaciones tanto militares como civiles. Esta evacuación, que se hizo bajo fuego enemigo, fue una operación franco-británica.
Hasta aquí un resumen de la verdadera hazaña, pues en la película de Nolan, cuyo abuelo fue uno de los soldados británicos que murieron en aquellas playas, el error o la amnesia habría dejado a los franceses fuera de plano. También al Ejército Indio Británico, siguiendo la tendencia de borrar a las colonias de la historia. Ausencias que no han perdonado numerosas publicaciones francesas y alguna que otra británica.
Dunkerque refuerza la idea, falsa, de que los ingleses son mejores solos", critican 'Le Monde'
"El film de Christopher Nolan no cuenta esa historia", se indigna Jérôme de Lespinois, teniente coronel e historiador, en una columna publicada en el diario Le Monde, que reprocha al británico haber rehecho la historia olvidando a los 40.000 soldados franceses que se sacrificaron en el frente para asegurar el éxito de esa operación. "Dunkerque refuerza la idea, falsa, de que los ingleses son mejores solos", critica. Mientras otro editorial del emblemático diario galo es titulado como Dunkerque o el espíritu del Brexit, en Le Figaro el crítico Geoffroy Caillet se pregunta ¿Dónde quedó la historia?.
En la revista especializada Herodote aseguran que Nolan ha convertido la guerra en "videojuego" y tampoco se ha escapado el cineasta de las críticas en Hollywood, industria donde sus trabajos están más consagrados. Desde The New York Times cuestionaron el "enfoque exclusivamente británico" que tiene la película y Yasmin Khan publicó una columna titulada Dunkerque, la guerra y la amnesia del Imperio. "Dunkerque es un thriller no una película de guerra", defiende el propio Nolan.
Rigor histórico
El historiador español César Rina se muestra más benevolente con el asunto. Tampoco había soldados españoles implicados a los conmemorar a través de la cinta. Según reconoce a altavoz no puedes exigir "rigor histórico" a una película de ficción. "Funcionan con bajo otros criterios como la nostalgia, el entretenimiento, la belleza... tampoco exigimos tal rigor a una novela. El método histórico pertenece a las Ciencias Sociales, el objetivo de estos largometrajes no es contar la verdad", opina Rina, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura.
Existe cierto peligro cuando constantemente se anuncia que están basadas en hechos reales y luego son versiones muy modificadas"
Ahora bien, para Rina, también investigador 'Juan de la Cierva' en la misma institución, existe un "peligro" cuando constantemente se anuncia que están basadas en hechos reales. "Disfruto y me encantan los medios, los efectos, los decorados... pero me pone de mal cuerpo si tratan de presentarse como relatos verídicos y si se usa el pasado para condicionar ideológicamente el presente. Son ejercicios de ficción y como tal hay que verlas", advierte.
"El patriotismo británico de Nolan en Dunkerque está más cerca del Brexit que de la historia real", asegura. "La industria audiovisual en muchas ocasiones confunde al espectador. Es imposible reproducir el pasado, así que toda película, de algún modo, es un relato del presente", considera. Y añade que, como historiador, prefiere las películas "futuristas".
De acuerdo al profesor, siempre que se trata la Edad Media aparece un escenario con piedras, sucio, oscuro, sin pintar, cuando en realidad las ciudades de aquel período eran muy coloridas y la gente protegía sus paredes. "Con esas imágenes pensamos que el pasado es oscuro, vetusto y que el presente, por el contrario, es moderno. Esa es la narrativa victoriosa del presente frente al pasado", explica.
Novelistas como asesores
"No voy con la escopeta cargada a ver películas históricas, aunque obviamente descubro fallos", reconoce. "De nombres propios, localidades y fechas no suele haber tantos fallos, pero sí los hay al usar demasiados tópicos o hacer versiones muy modificadas. También en la recreación de ambientes. En la serie Isabel, por ejemplo, aparecían iglesias con imágenes barrocas, cuando no existían. ¡Estamos hablando de finales del XV o principios del XVI!, exclama.
Por otro lado, añade, que suelen hacerse lecturas "muy presentes" con respecto a la mujer, a la religión o a la guerra que "en el pasado tenían significados diferentes". "El problema es que los directores y guionistas se documentan en escritores de novelas no en historiadores. La novela histórica es más sensacionalista y está menos documentada, pero cuando se trata de buscar asesores históricos tiran más de autores de novela que de historiadores, arquitectos o historiadores de arte", concluye.
Otros errores históricos
Nolan se ha metido en una guerra con Dunkerque, pero es solo el último caso controvertido. En una de las escenas de Lawrence de Arabia, David Lean muestra a Thomas Edward Lawrence, el oficial británico que fue apodado 'El rey sin corona de Arabia' durante la Primera Guerra Mundial, rematando a uno de sus sirvientes que estaba herido al estallarle un detonador en las manos. Pero en realidad, el arqueólogo y escritor nunca se vio obligado a hacer este sacrificio porque el joven murió del bayonetazo de un fusilero turco.
El problema es que el cine omite la presencia del historiador. Este permitiría focalizar el contexto y aplicar los filtros entre tantas fuentes
Los fans de Titanic recordarán esa romántica parte en la que Jack (Leonardo DiCaprio) habla del Embalse del Lago Wissota. Si embargo, ese lugar fue construido cinco años después de que se hundiera en gran barco. En Cold Mountain el difunto Anthony Minghella muestra la historia de W. P. Inman (Jud Law), un desertor de la Guerra de Secesión. Junto a su sufrida esposa (Nicole Kidman) aparece luchando heroicamente por la Confederación, pero en la vida real, Inman fue condenado dos veces por abandonar su posición en el combate.
"El problema es que el cine omite la presencia del historiador. Si se trata de una película de guerra en el siglo XX, lo mejor sería acudir a un especialista porque este permitiría focalizar el contexto del largometraje y aplicar los filtros necesarios entre toda la información que existe en la red en base a una metodología", explica el historiador italiano Matteo Tomasoni, investigador en la Universidad de Valladolid.
Guerra Civil
"No es que vayamos al cine a ver una película histórica dispuestos a criticar, pero son temas que estudiamos y de los que entendemos, así que, obviamente, es más fácil encontrar errores", reconoce Tomasoni, natural de Trento. "En España, por ejemplo, se han hecho muchos filmes de la Guerra Civil española, pero la que suelo poner como modelo de película de conflicto bélico en la que el director se ha sabido documentar es Tierra y libertad, de Ken Loach", dice.
'Tierra y libertad', de Ken Loach, es un buen ejemplo de película de conflicto bélico en la que el director se ha sabido documentar"
Según Tomasoni esta coproducción británica, española, alemana e italiana de 1995 inspirada en la obra Homenaje a Cataluña de George Orwell logra recrear las vivencias y los sentimientos de las personas basándose en testimonios reales y no recurre tanto a la espectacularidad, materialismo y efectos especiales como ocurre en otros muchos casos como, por ejemplo, Salvar al soldado Ryan, ambientada en la Segunda Guerra Mundial: "Ha conseguido crear un cine educativo".
"En los últimos años se han dado pasos hacia delante en este sentido, pero sigue habiendo un gran desconocimiento de la historia. "Todos conocemos el caso de alguien cercano que participó en la Guerra Civil española y no somos capaces de estudiar los hechos de una forma crítica, no es culpa solo de los directores de cine, sino también de los propios espectadores", apunta el experto.
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