Ver y distribuir 'El juego del calamar' ('Squid Game') en Corea del Norte tiene un alto coste que se paga con condenas de muerte y de prisión. Esto es lo que he ha ocurrido a un hombre que será fusilado por difundir copias de la exitosa serie surcoreana emitida en Netflix.
El hombre ha sido condenado a muerte y será ejecutado por un pelotón de fusilamiento tras introducir de contrabando la serie. Cuando las autoridades se percataron de ello, le atraparon, al igual que le ocurrió a siete estudiantes de instituto que estaban viendo la serie prohibida que les vendió este previamente, según asegura Radio Free Asia (RFA).
Uno de los jóvenes, el que compró la copia, ha sido sentenciado a pena de prisión de por vida mientras que sus otros seis amigos han sido condenados a trabajos forzados durante cinco años. También ha habido personas que se han visto afectadas indirectamente, los profesores y administradores de la escuela han sido despedidos y desterrados a trabajar en minas.
La persecución que lleva a cabo el régimen norcoreano contra los seguidores de la serie, que es la más vista de la historia de Netflix, parece otro 'juego del calamar'.
La serie de 'El juego del calamar' se distribuía en discos duros y tarjetas de almacenamiento
Antes de que ocurriera este suceso, RFA ya había informado de la llegada de copias de esta serie a Corea del Norte. Las copias fueron repartidas entre la gente mediante discos duros y tarjetas de almacenamiento SD.
El condenado habría conseguido dicha copia en China, país donde 'El juego del calamar' ha triunfado gracias a la piratería, aunque su visionado sea ilegal, para después introducirla en Corea del Norte y vender copias de la serie usando pendrives o USB y CD.
El joven que consiguió la copia se lo contó a su mejor amigo en clase y la voz se extendió entre el resto de estudiantes que se interesaron y compartieron el disco duro que tenían con ellos. Los jóvenes fueron detenidos por el Grupo de Vigilancia 109, especializado en atrapar a personas que vean vídeos ilegales.
De confirmarse esta noticia, algo imposible en Corea del Norte donde llega con cuentagotas información de país asiático, esta vuelve a ser una nueva polémica a la que se suman otras relacionadas con las prohibiciones impuestas por el régimen del líder norcoreano Kim Jong-un.
Desde diciembre de 2020 se han restringido aún más las libertades
El arresto de estos jóvenes supone la primera vez que el régimen de Corea del Norte castiga a menores aplicando la 'ley para la eliminación de pensamiento y cultura reaccionarios', en este caso con los menores implicados.
En los últimos meses Corea del Norte ha restringido aún más las libertades tras producirse un cambio de legislación. La nueva ley se aprobó en 2020 y endureció los castigos por ver, leer, escuchar, distribuir o tener contenidos procedentes del extranjero, especialmente de Corea del Sur y EE UU, países capitalistas, ya sean libros, series, películas, etc.
Arriesgarse a saltarse esta norma que pretende luchar contra la propaganda exterior, puede conllevar entre cinco a quince años de cárcel para aquellas personas que consuman contenido prohibido. En el caso de que las personas lo distribuyan, el castigo es mucho más severo: cadena perpetua y, en algunas ocasiones, la muerte.
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