Corría el año 2008 cuando Arturo Pérez-Reverte publicaba en XLSemanal un artículo donde elogiaba los relatos de un autor bastante desconocido para el gran público. El célebre novelista se saltaba su propia costumbre de no recomendar libros para hablar de una pequeña obra de un tal Fernando Aramburu, que acababa de publicar Los peces de la amargura.
Hubo un párrafo que me golpeó al tiempo que me interesó. "No hay discurso de político, información de prensa, análisis de experto, obra monumental por volúmenes, telediario ni retórica alguna que logre transmitir de forma tan contundente, estremecedora, el hecho de haber vivido y vivir la realidad vasca. La de verdad. La que nunca hay cojones para expresar en voz alta". Tenía que comprarlo con urgencia y así lo hice un par de días después.
La lectura de los relatos de Aramburu resultó (y resulta) estremecedora. Conviven en esas páginas visiones contrarias y sentimientos opuestos pero que hablan al unísono, como si fueran miembros de una orquesta milimétricamente ordenada, sobre la tenebrosa huella que el terrorismo de ETA dejó en la sociedad del País Vasco y Navarra. Relatos diversos y tristes que confluyen para narrar la verdad de lo que pasó pero, sobre todo, para contar las secuelas que todavía habitan entre nosotros.
Aramburu pasará a la historia de la literatura por ser el autor de una novela que alcanzó tamaña relevancia, pero al menos para un servidor siempre será más especial ese otro pequeño libro suyo
Con el paso de los años, el escritor vasco afincado en Alemania volvió al mismo tema con interesantes obras como El vigilante del Fiordo o Años lentos que por supuesto también pueblan mi estantería. Compré el primero de esos libros en la Feria del Libro de Madrid de 2011. Entonces no había grandes colas para que este autor te firmase. Aramburu nos atendió con una enorme amabilidad a mí a y un amigo que convencí para que comprase Los peces de la amargura.
Después llegó el fenómeno de Patria que todos ustedes conocen de sobra y que acaba de traducirse en una estupenda serie de HBO. Con toda seguridad Aramburu pasará a la historia de la literatura por ser el autor de una novela que alcanzó tamaña relevancia, pero al menos para un servidor siempre será más especial ese otro pequeño libro suyo donde te atrapa un ramillete de historias trágicas contadas desde diferentes puntos de vista.
Aprovecho esta sección televisiva para recomendarles que este fin de semana no hagan 'zapping', sino que apaguen el televisor y enciendan la radio o el ordenador para buscar estos relatos
Todo esto viene a raíz de que ahora, tras el conocido éxito de Patria y tantos años después de aquel artículo de Pérez-Reverte, resulta que Carlos Alsina acaba de empezar a mostrar al gran público una adaptación de Los peces de la amargura en su programa de Onda Cero. Se trata de una obra fabulosa también en su versión radiofónica. Y, por un día, aprovecho esta sección televisiva para recomendarles que este fin de semana no hagan zapping, sino que apaguen el televisor y enciendan la radio o el ordenador.
Busquen y escuchen esas voces que interpretan los relatos de Aramburu. En medio de la mediocridad imperante en esta España enganchada al culebrón de la Pantoja y Paquirrín, repleta de individuos que llaman fake a las noticias que no les gustan y gobernada por Donald Sánchez, es lo mejor que pueden hacer.
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