Televisión

Ahora Olga Moreno, ayer Rocío Carrasco y mañana quien haga falta para hacer caja

Telecinco emitía este miércoles por la noche el programa Ahora, Olga, que básicamente sirvió para que la flamante ganadora de Supervivientes, Olga Moreno, esposa de Antonio David Flores, respondiera a

Telecinco emitía este miércoles por la noche el programa Ahora, Olga, que básicamente sirvió para que la flamante ganadora de Supervivientes, Olga Moreno, esposa de Antonio David Flores, respondiera a las gravísimas acusaciones que contra ambos, sobre todo contra el segundo, vertió Rocío Carrasco en la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva. Moreno también defendió a los hijos de Flores y Carrasco, que como toda España sabe ella misma ha ayudado a criar debido a la turbulenta separación de los otros dos protagonistas de esta historia.

A priori la emisión de esta entrevista no tendría por qué resultar extraña, teniendo en cuenta que en la cadena de Mediaset desde hace mucho tiempo la mitad de los programas sirven para que alguien conteste a un segundo que previamente se ha metido con ese alguien en la otra mitad de los programas. La mecánica es la de siempre. Poco importan, en realidad, sus protagonistas, sean de alta o baja alcurnia, porque en el fondo sólo son los guiñoles necesarios en el esperpento. Y el contenido concreto tampoco debe ser juzgado aquí. Que cada uno se crea a quien quiera.

Lo que cambia las cosas en este caso, y por ello se ha generado un lógico revuelo por la entrevista, es que en esta ocasión, contra su costumbre, Telecinco tomó partido. Tomó partido tanto cuando decidió emitir la docuserie de Carrasco, en la que no hay el más básico principio de contradicción porque carece de testimonios alternativos, como, sobre todo, cuando a rebufo de dicha emisión despidió de forma fulminante a Antonio David. Era una forma de actuar legítima, en todo caso, con la que Mediaset enviaba varios mensajes.

Con ese despido Telecinco le decía legítimamente al mundo, con participación gubernamental incluida, que a su entender el despedido era culpable -mediáticamente, no judicialmente- de malos tratos, que la cadena abanderaba la lucha contra la violencia machista y que, por ende, se ponía a defender los valores feministas. Parecía bastante incoherente que la pareja del fulminado acudiera justo al mismo tiempo a Supervivientes pero, al cabo, ella no era responsable de las cosas que él presuntamente había perpetrado y, para colmo, tenía un contrato firmado que no podía romper. También resultaba paradójico porque en la misma cadena habían destrozado a Carrasco durante años. Y asimismo todo sonaba cuando menos extraño al tener en cuenta que en otros programas de Telecinco se llevan tanto el insulto y la marrullería. Pero oigan, adelante con los faroles.

Algunos ya advertimos entonces que en realidad la cosa nada tenía que ver con el feminismo, porque se trataba de negocios. El vil metal, ya saben. El caso es que, como es notorio, durante varios meses Telecinco emitió en paralelo todas las entregas de la serie de Carrasco, donde esta arremetió contra Moreno -"no tiene coño" es una frase ya en la historia televisiva-, y los diferentes capítulos del reality que, con un resultado bastante esperable, terminó ganando la mujer señalada como cómplice del supuesto maltratador. En ese período Rocío Flores, hija de Rocío y Antonio David, acudía espacios de la misma cadena para hablar de su madrastra pero no para hablar de su madre.

¿Este planteamiento de división y polarización -esa palabra no es exclusiva de los políticos- no supone banalizar algo tan serio y grave como la violencia machista? ¿Qué pensarán todos los defensores a ultranza de Rocío Carrasco que aplaudían a Telecinco al ver a Moreno defender al interfecto?

La cadena, guerra de productoras mediante, transitaba por ambos caminos como si fueran uno independiente del otro cuando estaba claro que indefectiblemente tenían que confluir. Ahora esos caminos confluyen. Telecinco da la palabra a Moreno para que responda a Carrasco. Y esto, en puridad, es darle la palabra también a Antonio David. Ergo cabe preguntarse dónde queda la citada toma de partido, repito que legítima.

O en Telecinco han rectificado y dudan de la versión de la hija de Rocío Jurado y, por ello, quieren escuchar a la otra parte, o se trata de una incoherencia más grande que la Catedral de Burgos. ¿Dónde quedan también esa posición contra la violencia de género y esa defensa feminista cuando se enfrenta a dos mujeres en prime time, una ex y otra actual pareja del supuesto maltratador?

¿Este planteamiento de división y polarización -esa palabra no es exclusiva de los políticos- no supone banalizar algo tan serio y grave como la violencia machista? ¿Qué pensarán todos los defensores a ultranza de Rocío Carrasco que aplaudían a Telecinco al ver a Moreno defender al interfecto? ¿Hasta dónde llegará este culebrón? ¿Cómo responderá luego la protagonista de la docuserie y actual colaboradora de Sálvame? ¿Incluso veremos mañana o pasado mañana un programa con el propio Antonio David respondiendo a su ex esposa?

Ahora Olga Moreno, ayer Rocío Carrasco y mañana quien haga falta. Todo para generar morbo y hacer caja a partes iguales. Para descuartizar a los personajes si es necesario. Disfruten de lo visto.

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