Televisión

La voz de Paloma del Río o el triunfo de la profesionalidad

Llega agosto, mes para las vacaciones y los sueños, y uno, harto de tanta mediocridad y necesitado del asueto para sobrevivir, sólo puede ver en televisión las retransmisiones de TVE

Llega agosto, mes para las vacaciones y los sueños, y uno, harto de tanta mediocridad y necesitado del asueto para sobrevivir, sólo puede ver en televisión las retransmisiones de TVE y Eurosport sobre los Juegos Olímpicos de Tokio. Pensaba en ello este viernes, justo tras presenciar la derrota de Djokovic, qué difícil es reinar en el deporte, cuando llamó mi amiga enfurecida.

-¿Qué tal?

-Mira, querida, llevo una semana terrible, así que espero que no quieras comentar lo de siempre. Porque ya tuve que escribir sobre la final de Supervivientes y, lo que es peor, sobre la entrevista a Olga Moreno en Telecinco. Incluso, en un ataque de profesionalidad un tanto delirante, me torturé viendo esa entrevista hasta las tantas... Y, hablando de profesionalidad, hoy sólo quiero y puedo hablarte de una profesional inconmensurable.

-Vaya, tú hablando bien de alguien. ¿Quién es la afortunada?

-La mejor voz periodística del deporte en España. Paloma del Río. Para mí, es el triunfo de la profesionalidad. Quizás su nombre no te diga nada, pero si la escuchases, sabrías de quién hablo, como toda España.

-¿La de la gimnasia?

Representa el valor de los datos frente a las estridencias, del conocimiento profundo frente a la anécdota viral, del trabajo serio y permanente frente a la absurdez del selfie y el número de seguidores en Twitter y, en suma, de la credibilidad frente al oportunismo

-Esa es, querida amiga. En estos días de los Juegos de Tokio, pongo en la tele deportes minoritarios y totalmente desconocidos para mí sólo por tener el placer de escucharla. Repito que ella es el triunfo de la profesionalidad porque representa el valor de los datos frente a las estridencias, del conocimiento profundo frente a la anécdota viral, del trabajo serio y permanente frente a la absurdez del selfie y el número de seguidores en Twitter y, en suma, de la credibilidad frente al oportunismo. Y eso, en esta época que padecemos, es mucho.

-La verdad es que, además de tener una voz cálida, lo mejor que tiene es que te la crees cuando la escuchas.

-Claro, porque es una periodista sincera y honesta, que sabe muchísimo de lo suyo y que lo cuenta fenomenalmente. Esta misma semana un tuitero se metía con ella porque utiliza muchos tecnicismos cuando explica y ella respondió con mucha gracia. Pero la respuesta es lo de menos. Lo de más es que esta profesional hace pura pedagogía con sus explicaciones. Aprendes al escucharla y además te resulta entretenido. Y recuerdo, querida, que esto del periodismo va, como dicen sus reglas clásicas, de informar, formar y entretener. No se puede pedir más en alguien que comenta algo en televisión.

-Para mí escucharla es una de las señas de identidad de los Juegos Olímpicos. De hecho, sólo la escucho cada cuatro años.

-Tienes razón, con su trabajo de todos estos años ha conseguido que su voz forme parte de los Juegos. Sólo cada cuatro años se repite la costumbre de que seamos capaces de ponernos a ver con emoción cosas como el piragüismo o la gimnasia artística. No se si sabes que estos son sus últimos Juegos.

-La echaremos de menos. Y eso lo dice todo.

-Por cierto, como me recuerda mi querido Arranz, esta mujer era candidata a ser consejera de RTVE, pero los partidos la dejaron fuera cuando se repartieron el pastel. Eso sí que lo dice todo, pero prefiero no pensarlo. Adiós.

-Yo tampoco. Adiós.

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