Ocurrió este lunes por la tarde en Sálvame. Rafa Mora y Anabel Pantoja, dos personajes televisivos que en su día tal vez analicemos más a fondo, discutían con furia y desenfreno a cuenta del estreno este miércoles de un documental llamado Anabel, al desnudo que, como ustedes ya habrán adivinado, versa sobre la obra y milagros de esta mujer. El choque entre ambos venía de antiguo -el pasado mayo casi llegan a las manos en directo- y no defraudó. Cruzaron frases de tan dudoso gusto como "me produces asco" o "antes te producía otras cositas, orgasmos". Pero otra oración pronunciada durante tamaño enfrentamiento superó a los exabruptos: "Tú no tienes documental".
Vayamos paso a paso. Paladeemos cada momento antológico. Para no dejarnos nada en el cajón del olvido.
"Envidioso, que tú no tienes documental". Así, presumiendo de documental propio y mofándose de la falta de documental ajeno, respondía la sobrina de Isabel Pantoja al tertuliano, que previamente le había acusado de mostrar "aires de grandeza" porque la grabación se le habría subido a la cabeza. Poco importan las circunstancias concretas de la discusión, porque lo cierto es que esa frase lo encierra todo.
Nada más aleccionador que ese "tú no tienes documental". O sea, yo soy digna de que cuenten mi vida y tú no. Porque lo importante es eso, que hablen de ti para que la ruega siga girando y la cuenta corriente siga aumentando. A costa de cualquier cosa, claro. Lo curioso es que, en el colmo del delirio, resulta que Anabel, al desnudo se ha grabado sin ella saberlo.
"Que saques las pruebas. Qué asco de tío. Me produces asco". Pasada una publicidad necesaria para tomar aliento, la cosa volvía a enfangarse, porque lo cierto es que estos dos individuos no pueden ni verse y se les coloca en el mismo plató para que estallen y se peleen y se digan cualquier cosa imaginable. Mora acusaba a Pantoja de tratar mal a seguidores que le pedían una fotografía. Y ella lo negaba.
La protagonista del documental de moda, completamente indignada por semejante acusación, se levantaba y se marchaba del lugar mientras lanzaba sus pullas al contrincante. De ahí lo de las "pruebas". Su enfado era tal que sobrepasaba los límites del buen gusto -quizás siempre los sobrepase, eso que lo diga quien la vea a menudo- al hablar de ese "asco" que según ella le brota por las "provocaciones" de su compañero de programa.
Uno se pregunta, paladeadas estas frases ignominiosas y desterrado cualquier asomo de sarcasmo, qué hacen estos personajes en televisión diciendo estas barbaridades a estas horas
"Antes te producía otras cositas, orgasmos, en su día orgasmos". En lo que ya era una discusión propia de una discoteca a las cinco de la mañana, llegaba el golpe más bajo que, por cierto, no recoge la noticia de la propia Telecinco donde se explica lo acontecido. El tono jocoso de la frase. La risa al pronunciarla. La mirada de macho embravecido. Todo ahí, a las siete de la tarde, en pleno "horario infantil", más conocido en el argot legal como "franja de protección reforzada", según reza la web de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Uno se pregunta, paladeadas estas frases ignominiosas y desterrado cualquier asomo de sarcasmo, qué hacen estos personajes en televisión diciendo estas barbaridades a estas horas. Y también se pregunta dónde carajo están las diferentes asociaciones de la sociedad civil, los directivos de la cadena, la CNMC o hasta el Defensor del Pueblo. Porque la verdad, y llámenme moralista por rasgarme las vestiduras a estas alturas, un momento como este, tan pendenciero, tan obsceno y tan demencial, no puede permitirse en televisión.
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