El pasado 13 de julio el Sindicato de Actores de Cine y Televisión (SAG-AFTRA ) se unía a la huelga del gremio de guionistas de Hollywood, Writers Guild of America (WGA), para “impedir que las megacorporaciones acaben con las condiciones laborales que ha costado décadas conseguir”.
Actores como Meryl Streep, Glenn Close, Jennifer Lawrence, Ben Stiller, Amy Schumer, Liam Neeson o Jane Fonda apoyan este paro y se han unido a la causa. Incluso el Festival de Venecia, en su 80ª edición, se ha visto salpicado ante la falta de acuerdo entre el sindicato de actores y los grandes estudios de Hollywood.
Ambos sindicatos coinciden en las mismas razones reivindicativas: el pago de “residuales” y la regulación de la inteligencia artificial.
Los residuales se traducen en las regalías que tanto actores como escritores reciben de los canales de televisión por la transmisión de las películas y series. La llegada de los servicios de streaming afectó drásticamente estos ingresos y las plataformas no han sido transparentes sobre las estadísticas de visualización de sus contenidos ni de las ganancias que estos generan.
En cuanto a la inteligencia artificial, tanto actores como escritores demandan garantías para regular su uso en la industria. Emplear tecnologías con el uso del deepfake (la posibilidad de replicar el físico, voz y movimientos de una persona) permitiría a las grandes productoras prescindir de seres humanos en la creación de contenidos.
Desde la parte demandada, la Alianza de Productores de Cine y Televisión ha intentado negociar un paquete de términos con los sindicatos, pero estos consideran que son “insuficientes” y que “no buscan llegar a un acuerdo, solo buscan que ellos cedan".
Un paro laboral histórico que ha detenido la producción, rodaje y promoción de numerosas series y películas tanto dentro como fuera de Estados Unidos, afectando a todo el producto audiovisual.
El primer paro simultáneo desde 1960, cuando el expresidente de Estados Unidos, y también actor, Ronald Reagan, era el Presidente de SAG y precursor de SAG-AFTRA.
El actual enfrentamiento, que comenzó a principios de mayo, ya ha superado la amarga huelga de 2007-2008, que trastornó a gran parte de Hollywood. La huelga de guionistas más larga registrada duró 154 días en 1988.
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