Con el inicio del curso a la vuelta de la esquina, son miles los estudiantes que buscan una vivienda en alquiler para poder iniciar sus estudios fuera de la residencia familiar. Actualmente la tasa de estudiantes que optan al alquiler de viviendas en España es del 73%, y el 27% restante se inclina más por colegios mayores o residencias universitarias.
Cada año la tarea se complica más ya que la oferta es escasa en comparación a la demanda tan alta de jóvenes que optan por el alquiler, además del incremento del precio, o los requisitos que piden los propietarios.
Las condiciones para acceder a los pisos son, en ocasiones, inviables para los estudiantes: avales, depósitos, documentación, nóminas o fianzas de miles de euros. Además, los contratos que ofrece la mayoría son como mínimo de un año, algo que no encaja con las necesidades de estos jóvenes, que en algunos casos se ven obligados a perder la fianza o incluso a pagar una penalización.
La sensación generalizada a la hora de buscar una vivienda en alquiler entre estas personas, es que el proceso es "muy estresante" y desalentador. Algo en lo que los veinteañeros coinciden es que compartir piso es la solución para poder permitirse un alquiler.
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