Hasta hace no muchos años, Patxi López era el hijo de Lalo -Eduardo López Albizu-, un histórico dirigente de la lucha obrera y política en la Naval de Sestao durante los tiempos de la dictadura. Esa militancia de su padre marcó y forjó el carácter de Patxi, su hijo, que bebió de las reuniones clandestinas que se celebraban en su casa y forjó una identidad de político progresista que le llevó a, fallecido su padre, convertir al histórico Lalo en el padre de Patxi.
En su blog personal dice que nació Portugalete en 1959, en el seno de una familia obrera, y proclama también con un especial orgullo que se siente un vasco de Coscojales, una calle del Casco Viejo de la citada población vizcaína.
Patxi López, que por fin ha deshojado la margarita y ha anunciado su candidatura a la secretaría General del PSOE, tiene una amplia trayectoria en el partido socialista, y su figura cobró relieve al convertirse en el primer lehendakari no nacionalista en 2009.
La lucha contra ETA -que cesó en su actividad armada durante el mandato de López en Ajuria Enea- , el impulso de políticas de crecimiento frente a la crisis, la defensa de los servicios públicos con reformas para garantizar su sostenibilidad y la apertura de debates para la modernización Euskadi (reforma fiscal, reforma del entramado institucional, etcétera) fueron los ejes aquel Gobierno.
El otro puesto por el que es conocido por la mayoría de los españoles es por el de presidente del Congreso, cargo al que accedió en 2016, aunque su mandato fue muy corto por la convulsa situación política del momento.
Patxi López se afilió a las Juventudes Socialistas con 16 años y poco después, a los 18, recibió el carnet del PSOE. Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad del País Vasco, pero no terminó la carrera universitaria.
Compromiso con las ideas socialistas
Creció con sus padres desterrados por la dictadura franquista y pasó la adolescencia viendo en su casa a muchos dirigentes socialistas de la clandestinidad (Ramón Rubial, Felipe González, Carmen García Bloise), por lo que no es de extrañar que pronto creciera su compromiso con las ideas socialistas.
En 2002 fue elegido el secretario General del PSE-EE, dos días después de que ETA asesinase al concejal socialista en Orio (Guipúzcoa) Juan Priede y en un año de gran crispación en Euskadi por las propuestas soberanistas del nacionalismo.
En 2014 dejó la Secretaría General de los socialistas vascos y se puso al frente del Área de Acción Política y Ciudadanía del PSOE.
Una de sus aficiones es ir de pintxos por el Casco Viejo de Bilbao, pero su auténtica pasión es la música. Dicen quienes le conocen que tiene una colección de más de 8.000 discos, entre vinilos y CD.
Quienes le conocen bien aseguran que López es una persona inteligente, hábil negociador y respetado por sus adversarios políticos. También destacan de él que es una persona íntegra y un “un socialista de principios”.
Rodolfo Ares, amigo suyo desde la infancia y compañero de partido, ha dicho de él, en varias entrevistas periodísticas, que “nunca ha perdido el sentido de la realidad; siempre ha sabido de dónde viene y a quién representa”.
López, que estuvo en el punto de mira de la banda terrorista ETA en varias ocasiones, también en un amante del deporte, en especial del baloncesto y del equipo de su provincia: el Bilbao Basket.
