Moncloa ha decidido seguir, al menos públicamente, la misma estrategia de la campaña electoral catalana, esto es, no entrar "al juego" de Artur Mas y mantener un perfil bajo, muy al estilo que tanto le gusta al gurú de cabecera de Mariano Rajoy, Pedro Arriola. "Gracias a que hicimos esa campaña electoral, en lugar de tener mayoría absoluta, tuvo 50 diputados", justifican los medios gubernamentales consultados por Vozpópuli. A lo sumo admiten que se están estudiando todas las posibilidades que permite la Ley y la Constitución, siendo la vía del TC y la inabilitación, como último recurso, las medidas más probables. Artur Mas podría llegar a ser inhabilitado hasta diez años, según adelantó este periódico el pasado mes de octubre. Pero antes de llegar a ese punto, creen que el presidente de la Generalitat seguirá el mismo camino que Juan José Ibarretxe, apartado por el PNV tras el fracaso de su plan soberanista.
No faltan en el entorno de Rajoy quienes creen que Artur Mas ha iniciado un camino para salvarse él a costa de "matar a su partido", dado que buena parte de sus votantes asiste "estupefacta" al contenido del pacto rubricado con ERC, marcado por una subida generalizada de impuestos y de tasas que es casi como darse un tiro en el pie y un calendario para un referéndum de autodeterminación al que se intentará dar una apariencia de legalidad. Una de las cosas en las que parece confiar el Ejecutivo es que dentro de CiU haya quien dé una voz de alarma para pisar el freno. Es por ello que desde Moncloa aducen que, hoy por hoy, "lo que no podemos hacer es dar una respuesta a lo que no existe" y, de momento, a pesar de los anuncios, todavía no se ha materializado ni la Agencia Tributaria propia ni el impuesto a los depósitos bancarios. Es más, ni siquiera es factible poner en marcha los impuestos a las bebidas con azúcar o instaurar la euroviñeta, tasa al transporte de mercancías por carretera.
En un horizonte a medio plazo se situaría la consulta soberanista, la misma que el Gobierno llevará inmediatamente al Constitucional si, finalmente, se convoca a los catalanes ante las urnas tal y como Artur Mas ha pactado con los independentistas de ERC.
Públicamente, el Gobierno se limita a señalar que actuará para que se cumpla la Ley, pero a partir de ahí "no haremos ni hipótesis ni especulaciones ni anuncios. Cuando haya que actuar, lo haremos, pero no vamos a hacerle la campaña. El espectáculo que lo den ellos" señalan en alusión a CiU. En definitiva, agregan, que esta es una situación "para llevarla con inteligencia" y recuerdan en este sentido que la última vez que hubo "un desafío de la misma naturaleza fue con Ibarretxe. Hizo un estatuto y aquí estamos. Ya sabemos lo que hay y lo inteligente y efectivo que es es no entrar en su juego". Es la aparente tranquilidad de un Ejecutivo que no cree que haya que usar medidas más extremas como la suspensión de la autonomía, tal y como apuntaba ayer la portada de algún periódico de tirada nacional.
Duran Lleida se ha revelado incapaz de frenar el pacto de Artur Mas con ERC, aunque ahora se declara preocupado por la situación
Admiten los medios consultados que se trata de una cuestión "muy delicada" que hay que tratar "con inteligencia política" y que para ello hay además "acuerdo en lo sustancial con el PSOE". Muchas han sido y están siendo las conversaciones que Mariano Rajoy y Alfredo Pérez-Rubalcaba han tenido a cuenta de Cataluña. Además de las que ambos mantienen con uno de los "socios" de la coalición convergente, el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, que se ha revelado incapaz de frenar a Mas y al llamado "pinyol", esto es, el "núcleo" formado por los más independentistas de Convergencia capitaneados por Oriol Pujol Ferrusola.
Rubalcaba mantuvo ayer una larga conversación telefónica con Duran Lleida en la que el democristiano expresó su "preocupación" por el escenario político que se ha abierto en Cataluña tras el pacto con ERC, casi como si él fuera testigo ajeno del acuerdo que su coalición ha alcanzado con los independentistas y no un dirigente destacado de CiU. Ambos han quedado en reunirse para analizar con más sosiego el que va a convertirse en el centro del debate político de este país al menos los próximos dos años.
Pero Moncloa insiste: "Este es un Estado fuerte, con recursos y serio".