La vicepresidenta del Gobierno no tira la toalla. Mantiene viva la 'operación diálogo' pese a la escasa respuesta por parte de la Generalitat. Sáenz de Santamaría viaja este lunes de nuevo a Barcelona, donde asistirá a una entrega de premios de El Periódico y a la cena en homenaje a la Reina doña Sofía en el Círculo del Liceo. La madre del Rey ha sido durante años una presencia constante en el templo de la música catalana, que ahora celebra su 175 aniversario. Se escucharán aún en la velada los ecos de la sentencia sobre el 'caso Nóos', que ha sacudido durante cinco años a la Institución.
Santamaría pretende 'hacerse imprescindible' en Cataluña, tal y como declaró al abrir su despacho en la delegación del Gobierno en Barcelona. Su iniciativa de mano tendida no ha registrado enormes progresos. El plantón de Carles Puigdemont en la Conferencia de Presidentes supuso estruendo desdén a Moncloa, matizado en parte esta semana con la presencia de un delegado del gobierno catalán en la reunión sobre asuntos relacionados con la Unión Europea que impulsa en persona la propia vicepresidenta.
Ambiente tenso y enrarecido
Los episodios judiciales en los que están envueltos Artur Mas y dos de sus consejeras han enrarecido el ambiente. Los independentistas mueven la calle, agitan la propaganda y calientan motores en su campaña para celebrar el anunciado referéndum antes de septiembre. El victimismo es el eje medular de la acción política de los secesionistas, empeñados en recomponer los alicaídos ánimos de los predicadores del separatismo.
Ante la imposibiliad de hablar con la Generalitat de asunto distinto al referéndum, Santamaría ha optado por una alternativa envolvente. Hablará con todo el mundo menos con el Ejecutivo de Puigdemont. Así, tiene previsto reunirse con diferentes alcaldes necesitados del apoyo del Gobierno central, como el de Tarragona, ciudad que será sede de los Juegos del Mediterráneo en 2018 y que está gobernada por el PSC con apoyo del PP. La vicepresidenta conversó ya con otro edil socialista, Jaume Collboni, concejal de Barcelona, y no descarta incluso un mano a mano con Ada Colau, de acuerdo con la información que dispensan fuentes de Moncloa.
Mariano Rajoy advirtió en el congreso nacional del PP que es preciso 'recuperar las instituciones catalanas", que ahora están en manos de los extremistas. Su mensaje sobre Cataluña resultó más duro de lo que en él es habitual. No desistió, naturalmente, de la mano tendida. Santamaría volverá a finales de mes a Barcelona coon motivo del Congreso de los móviles, el 'Mobile Word Congress', en el que tiene prevista su presencia el Rey don Felipe.
Secesionistas e inmovilistas
Mundo empresarial, municipal, social y cultural. La 'operación diálogo' avanza por carreteras secundarias. Movimientos en zigzag para evitar el atasco en el que estaba sumida desde hace semanas. Puigdemont repite su deseo de verse con Rajoy. El presidente del Gobierno ya ha respondido que no hablará del plebiscito. Esta cita se concretará más temprano que tarde, señalan en Moncloa.
Santamaría quiere evidenciar que los intransigentes, los inmovilistas, los enemigos de la negociación son los independentistas. De ahí su despliegue de actividades en Cataluña con todo tipo de interlocutores que nada tienen que ver con al Generalitat, cuestión que produce efectos de notable irritación en el equipo de Puigdemont.
