“Gordó se sabía antes de las elecciones catalanas fuera de la candidatura electoral y chantajeó a Mas para ir en ella y sentirse blindado ante cualquier proceso judicial, un modo de actuar habitual en él con el presidente de la Generalitat y con quienes dentro de Convergencia tienen algo que esconder”, relata un miembro destacado del partido, profundo conocedor de lo que se cuece en su interior. Al final, Mas le introdujo en la candidatura de su partido para el 27 de septiembre, detrás de Neus Munté, Jordi Turull y Josep Rull, el trío sobre el que pivota su propia sucesión en el congreso de refundación que los convergentes preparan para el mes de marzo.
Gordó chantajeó a Mas para ir en las listas del 27-S y lo consiguió, afirman en Convergencia
Gordó, según estas fuentes, conoce al detalle lo que se esconde en los bolsillos de cristal de Artur Mas, a quien ayudó a dar el salto a la Generalitat, algo que no tiene demasiado mérito si se tiene en cuenta que fue durante muchos años el gerente de Convergencia, cargo que dejó para convertirse en secretario general del primer Gobierno nacionalista no presidido por Jordi Pujol. Como tesorero, se ganó el apodo de “el recaudador”, estrechó su cercanía a Jordi Pujol padre, a Oriol Pujol y, posteriormente, al propio Mas. "Acabó traicionando a los tres", dicen en Convergencia. Nacido en la localidad leridana de Puebla de Segur, este abogado de altos vuelos conectó pronto con los círculos donde la antigua CiU logró tejer buena parte de su red clientelar. “Fue el cerebro del famoso 3% en el cobro de comisiones, y era el auténtico jefe del dinero, el que mandaba en casi todos los que ahora están procesados por el caso Palau y por el escándalo de las ITV. A Mas le tiene pillado por los testículos”, resume gráficamente alguien que conoce bien al personaje. Este testimonio fue corroborado la semana pasada ante el juez por el consejero delegado de la constructora Copisa, Javier Tauler, quien informó que Gordó forma parte de la trama de Convergencia dedicada a las mordidas.
A mediados de la semana pasada, la Guardia Civil detuvo a otro hombre muy cercano a él dentro de la trama del 3%. Se trata de Josep Antoni Rosell, ingeniero e histórico militante de Convergencia Es director general de Infraestructuras dentro del ente público que se encarga de gestionar la obra pública de la Generalitat. El cerco se estrecha, después de que Gordó tuviera un respiro cuando el juez del ‘caso Palau’ decidió dar carpetazo al expediente sin investigarle, tras constatar que el Palacio de la Música sirvió de cauce para financiar el proyecto soberanista de Mas mediante un procedimiento relativamente sencillo: las empresas que le entregaban dinero tenían garantizados contratos con la Generalitat a través de adjudicaciones que llevaban también aparejado el cobro de comisiones de entre el 3 y el 4%.
Según se comenta en la Generalitat, Gordó acabó traicionando a Pujol y a su hijo Oriol
A pesar de su historial o, quizás, gracias a él, en Convergencia hay quien ve a Gordò con posibilidades de convertirse todavía en el sucesor de Mas, muy a pesar del propio presidente de la Generalitat. También hay quien le descarta para liderar la nueva etapa que para el independentismo se abrirá en primavera. En todo caso, personas muy cercanas al propio Mas confirman que éste le considera “un traidor”, pues considera que desde hace tiempo Gordó mantiene una agenda secreta que solo sirve a sus intereses personales y de la que no reporta prácticamente a nadie. En esta agenda figuran, según fuentes seguras, entrevistas periódicas en Madrid con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Al titular de esta cartera suele informarle de cuanto acontece dentro de la Generalitat y también de Convergencia.
“Mas nunca se arriesgará a que Gordó cuente lo que sabe de él, por eso lo previsible es que ambos lleguen a un acuerdo de reparto de poder en el que los dos salgan bien parados. Tampoco hay que perder de vista que él tiene mucho que perder, pues su mujer es miembro del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PSOE”, se afirma en Convergencia. Se trata de Roser Bach, una juez a la que se defiende en las filas del Partido Socialista por su profesionalidad. En Convergencia tienen otra opinión. “Gordó se valió de este nombramiento para contarle a Mas que disponía en el máximo órgano de gobierno de los jueces de una antena muy potente en Madrid, capaz incluso de anticipar muchas de las desgracias judiciales en las que se han visto involucrados miembros de Convergencia”, refieren fuentes nacionalistas.
De encabezar el ala democristiana en Convergencia, Gordó ha pasado a defender la formación de los países catalanes
El pasado verano, Gordó envolvió a su partido en una polémica al defender la extensión de la nacionalidad catalana a los ciudadanos del resto de territorios de los llamados países catalanes ya que, recordó, Cataluña está formada por la nacionalidad catalana y la occitana, circunstancia que, en su opinión, hay que tener en cuenta. Esta apuesta del consejero de Justicia extrañó a numerosos dirigentes de Convergencia, pues no tenían a Gordó por un personaje de perfil netamente independentista y sí como el representante del ala democristiana del partido. Con posterioridad, la propia formación a la que pertenece matizó esta apuesta por boca de Neus Munté, con el fin de tranquilizar a las autoridades de la Generalitat valenciana, de Baleares y de la Diputación General de Aragón, donde la idea de conseguir una “nación completa” genera una enorme controversia.