El Gobierno francés no va a consentir que el acto de desarme que ETA tiene previsto celebrar este sábado en Bayona se convierta en un 'show' propagandístico para camuflar su rendición, de acuerdo a fuentes diplomáticas. Moncloa negocia este punto con el Ejecutivo del país vecino desde que hace un par de meses la banda puso fecha a la entrega de las armas. Rajoy ha seguido con enorme atención estos trabajos. La postura oficial del gobierno sigue siendo la de 'que se disuelvan y luego ya veremos'. El comunicado emitido en la madrugada de este viernes por la banda a no altera ni un milímetro la actitud del Ejecutivo español.
Los contactos del Gobierno de Rajoy con el equipo de primer ministro galo, Bernard Cazeneuve, son constantes desde hace semanas. Los mediadores de los terroristas pretenden entregar los geolocalizadores de los zulos en el juzgado de Pau, tal y como informaba 'La Razón'. Allí podrían pretender efectuar un montaje con invitados especiales, representantes de organizaciones internacionales, de conglomerados abertzales y de periodistas afines. Luego se procedería a la búsqueda de los depósitos de armamento, según las previsiones de los organizadores, pese a que este jueves ya trascendió que, según fuentes de la banda, "no se van a poder facilitar los datos de todo el arsenal". Hay material obsoleto o perdido, aducen los negociadores. O, sencillamente, se trata de armas que podrían ayudar a resolver alguno de los 300 asesinatos de la banda que todavía permanecen entre tinieblas.
La Audiencia Nacional cursó, a través del juez Velasco y a petición de la Fiscalía, una comisión rogatoria para recabar información sobre este arsenal que supuestamente entregarán los terroristas. El gobierno francés ha hecho saber a su homólogo español que en el acto de Bayona no se permitirán mítines, ni discursos, ni actos festivos. "Se hará de la forma más discreta y austera", comentan estas fuentes. Los mediadores internacionales entregarán las coordenadas de los zulos y luego ya se verá la actuación de la Fiscalía o de las autoridades judiciales. El último intento de rendición de armas culminó en diciembre con la detención del grupo de colaboradores de la banda.
El PNV controla en la distancia
El Gobierno vasco sigue muy de cerca el desarrollo de este episodio, aunque no ha querido involucrarse ni como mediador ni como ojeador. La única implicación del PNV en este movimiento ha sido el impulso de una iniciativa parlamentaria, aprobada este jueves, en la que se reclama un "desarme unilateral, definitivo y verificado", sin introducir condena alguna de su actividad terrorista.
En círculos del Ejecutivo que preside Íñigo Urkullu, que también ha mantenido contactos y conversaciones con Madrid, dan por hecho que todo transcurrirá dentro de unos parámetros de normalidad, e incluso deslizan que ni siquiera se realizarán fotografías de los mediadores cuando entreguen a los jueces los mapas de localización.