España

Rato (Bankia), entre González (BBVA) y Fainé (Caixa)

Ante las desgracias del paro que nos sacuden casi a diario, el Madrid “enterao” se divierte aferrado al cotilleo sobre los ministrables del futuro Gobierno Rajoy como el náufrago a la tabla. El rumor vuelve por sus fueros en la villa y corte. Los más sabrosos giran en torno a la identidad del nuevo ministro de Economía, que podría ser también de Finanzas “o no”, que diría Mariano Rajoy. Es el empleo estrella del próximo Ejecutivo. Todo lo demás, relleno.

Ante las desgracias del paro que nos sacuden casi a diario, el Madrid “enterao” se divierte aferrado al cotilleo sobre los ministrables del futuro Gobierno Rajoy como el náufrago a la tabla. El rumor vuelve por sus fueros en la villa y corte. Los más sabrosos giran en torno a la identidad del nuevo ministro de Economía, que podría ser también de Finanzas “o no”, que diría Mariano Rajoy. Es el empleo estrella del próximo Ejecutivo. Todo lo demás, relleno. “Mi Gobierno estará formado por gente dispuesta a incinerarse conmigo” ha dicho el candidato en sesiones varias, lo cual debería reducir el número de aspirantes a la hoguera a un par de locos de atar, descartando de plano a aquellos notables instalados en la cúpula del poder financiero.

 

Pues no, padre. Resulta que entre los nominados a la pira hay quien se empeña en meter a Francisco González (FG), presidente del BBVA y a Rodrigo Rato (RR), su homólogo de Bankia, un chisme sustancioso en el que combinan ingredientes tales como la delicada situación de nuestro sistema financiero, la vanidad de gente tan principal, el orgullo a flor de piel, e incluso algún que otro ajuste de cuentas pendiente. Uno de tales rumores sostiene que FG se va de ministro de Economía y que al frente del BBVA le sustituirá Rato fusión mediante de las entidades que presiden, de modo que el gran RR mataría así dos o más pájaros de un tiro: acabar con su pesadilla en Bankia y convertirse en el gran banquero del Reino, por encima de un tal Emilio Botín.

 

Entre los responsables de Seguridad de algunas grandes casas, antiguos Comisarios todos del Cuerpo Nacional de Policía, que es la fuente por donde mana el gran caudal de rumores patrio, se dice que la operación está en marcha, que el PP la ve con buenos ojos (“no te olvides que fue Rato como ministro de Economía quien colocó a FG en Argentaria y quien forzó después su fusión con BBV”). FG gobernaría la nave hasta la Junta General de 2015, momento en que, con 70 cumplidos, cedería el testigo a RR (66 entonces). Pero el de Chantada se resiste, “por encima de mi cadáver”, de modo que, para escapar a una eventual presión en tal sentido por parte del futuro Gobierno, está buscando una operación de fusión/absorción en el exterior que le ponga a sotavento de tales influencias y le permita contemplar, cómodamente sentado en el muelle de la bahía, el previsible aluvión de operaciones forzadas que inevitablemente tendrá que ocurrir en el sector financiero durante los próximos 12 meses. 

 

Nada de lo anterior tendría sentido de no ser por la delicada situación por la que atraviesa la entidad que preside RR, convertida desde hace muchos meses en el “riesgo sistémico” por antonomasia del sistema financiero español. La frase, tan repetida en Madrid, según la cual “eso no hay forma de que salga adelante”, tiene su basamento real en la desafortunada operación que para Caja Madrid supuso la fusión con Bancaja, la entidad presidida por José Luis Olivas. Este diario ha venido publicando un serial (Javier Ruíz) sobre los delirios de la levantina, particularmente en el terreno inmobiliario, que pone los pelos de punta. En las cercanías del Banco de España se calcula que el “agujero” ronda los 8.000 millones de euros, una barbaridad a la que habría que sumar los problemas de balance de la madrileña, particularmente los relativos al crédito promotor, y las necesidades de refinanciación (14.000 millones para los dos próximos años 2012 y 2013), sin olvidar los 1.100 que precisa para cumplir los nuevos requisitos de core capital.

 

 

En BBVA, Bankia produce sarpullidos

 

Al propio Rato se atribuye una frase, pronunciada en momento de asueto entre amigos, según la cual Bankia necesitaría 12.000 millones [dos billones de pesetas] para salir de pobre. “Todo lo que sea por debajo de esa cifra, no me arregla nada”. La solución, ninguna fácil en este momento, pasaría por vender cartera (desapalancar balance) y/o participaciones industriales (con escasas plusvalías, salvo Indra o Mapfre). La otra salida, claro está, reside en una operación por arriba, necesitada del inevitable engrudo político, como la antes citada, sea con BBVA o con Caixa. “Sin embargo, no veo a la gente de Bankia en situación desesperada”, aseguraba anteayer un banquero de negocios, “Y desde luego si alguien puede sacar esta situación adelante por prestigio y contactos es Rato”.

 

En la sede del BBVA el telescopio no está un minuto ocioso, dispuesto a otear oportunidades por las cuatro esquinas del planeta. Las restricciones son notables: mercados financieros cerrados y acción a la baja, lo que imposibilita una operación importante sin una dilución significativa. A FG le gustaría seguir creciendo en USA, aunque será difícil que la FED le autorice a ello sin antes poner el Compass en orden. También le atrae Asia, y particularmente Corea del Sur e Indonesia, mucho, además de China, donde ya está presente. Poco que rascar en Sudamérica. Lo que le ofrecen en Italia no le gusta, y lo que le gusta en Francia, Société Générale, es difícil que salga sin que el chovinismo galo, empezando por BNP, se lance al cuello del osado competidor español. También podría haber algo en Alemania alrededor de Commerzbank, pero el idioma y el conservadurismo del personaje hacen complicada esta idea.  

 

González está, sin embargo, convencido de que la solución para Europa pasa por una mayor integración de sus economías con pérdida de soberanía fiscal de los Estados, y que la secuencia debería empezar por un proceso de concentración de sus sistemas bancarios. “El mundo está gobernado por las ideas”, pensaba Lord Acton, “también por los hechos. Estos representan el pasado; las ideas, el futuro”. Si va a ser imposible crecer por el lado de los ingresos, habrá que hacerlo por el lado de los gastos, lo que aboca a la banca de la UE a un proceso de fusiones intracomunitario al que sin duda asistiremos en los próximos 36 meses. A FG, “que quiere moverse en tal sentido”, le produce “sarpullidos” la sola idea de una operación con Bankia. También el propio RR parece molesto con el rumor: “Los que están publicando eso van a hacer el ridículo” (Miguel Alba en Vozpopuli). Como es sabido, la empatía entre los presidentes de las “fusionables” resulta determinante para el buen fin de una operación, y no parece haber sintonía personal alguna en este caso. “La amistad ya se había enfriado hace tiempo, pero Rato no perdona a FG que BBVA ni siquiera participara en la OPV de Bankia, algo que se ha tomado como una ofensa personal”.

 

 

¿Es La Caixa el “tapado” de Bankia?

 

Magnífica es la relación existente, sin embargo, entre FG y Rajoy, que se hablan con frecuencia casi diaria, y de ahí el rumor que le vincula con el ministerio de Economía, lo que no parece sino un disparate. El propio Rato no ha dejado de figurar en las quinielas, la más divertida de las cuales le sitúa al frente de una doble cartera de Economía y Exteriores, por aquello de que el próximo responsable económico tendrá que ser más un relaciones públicas con idiomas que un especialista en la asignatura. Sin embargo, ver a estas alturas a Rato ganando de nuevo 80.000 euros brutos al año resultaría tan pintoresco como imaginarlo de sucesor del obispo Desmond Tutu. “El objetivo de Rodrigo, como el de tantos otros de su generación y en su situación, es el de hacer dinero, y eso no se consigue en la política”, aseguran en el entorno de Génova. “Además, las relaciones con Rajoy, bajo la espuma de lo superficial, son frías. El jefe siempre sospechó que la precipitada salida del FMI tenía como objetivo ponerse al frente del partido cuando su autoridad aquí estaba en cuestión”.

 

No faltan los que sostienen que la verdadera operación de salvamento de Bankia se llama La Caixa, a pesar de la condición de cotizadas tanto de aquella como de CaixaBank. “Por encima de las dificultades políticas aparentes, eso está pactado desde que Rodrigo volviera de Washington y fuera recogido precisamente por Isidro Fainé en Caixa. Solo así se explica el empeño del propio Rato por presidir Caja Madrid, a pesar de que sabía de sobra lo que se iba a encontrar allí”. ¿Verdad o fantasía? El tiempo lo dirá.

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